[code]A voces de otros, la vida del Sangre Pura era perfecta, impensable sería tener la sospecha de que alguien como él pudiese sentir ese oscuro sentimiento llamado envidia, una que recaía sobre el descendiente maldecido por la ponzoña de un vampiro.
Con pesar, su mirada se clavó en la escena, no había tiempo de sentimientos, el estoicismo estaba presente en su rostro, y sabía que ese desenvolvimiento y el acercamiento afectivo, iría creciendo paulatinamente, desde que fue salvado por el director Cross.
Aún cuando no estaba en sus planes, los constantes esfuerzos de la nobleza podrían llegar a salvar al caballero blanco que cuidadosamente fue puesto como protector de la doncella Cross en su muy elaborado plan; pronto hablaría de ese tema con el Director, y por eso decidió abandonar su vigilancia y optó por salir del edificio encaminándose al plantel central.
(...) pero, en contraste de lo que aún parecía apretarle el pecho, tomó de la mano de la chica, para encontrar esa tranquilidad para dispersar aquel bloqueo de su visión.
—Sueles ser... alguien muy enérgica, por dicha razón, mucha cautela con ellos.—
Visión cuál fue coincidente con la del líder de la clase contraria a la suya, cual alzó su mirar realizar un abrazo cuando sus extremidades rodearon a la espalda femenina. Evocar otra vez aquel roce, mantendrían ese efecto pesado, pero por mucho menos.
Sólo sabe, que no será el único momento en que, el valor de la veracidad será sacudida entre colmillos inhumanos y pago de sangre.
Los secretos son la sorpresa de aquel escondrijo de lo que podrían llamarse "seres humanos", pero él estaba en ese sismo de emociones de las cuales detesta y carcome su corazón y su día a día. Su rivalidad ante las criaturas que arrebataron a su familia y a su infancia es tan estoica como sus pocas palabras en el momento en que sus incomodidades retornaron a su mente.
Su actitud de consignar su impotencia ante las palabras del vampiro de primera clase podrían repercutir tanto su cercanía con Yuki como con quiénes lo rodean, lidiando incluso con su naturaleza que, aún no conoce la luz a ojos de sus semejantes y desiguales.
—Te lo he dicho... Sólo mantente alejada de aquellas... repelentes bestias. Odiaré el momento en que vuelvan a ponerte una mano encima.—
Sus ojos se mantuvieron en el desasosiego cuando fueron alzados a los mismísimos inquietos de su protegida en caso del acecho (...)
No le gustaba que le escondieran cosas, especialmente Zero, se suponía que eran compañeros, casi hermanos por haber crecido bajo la tutela del mismo hombre, y nunca habían logrado compaginar en nada ni siquiera con el trabajar juntos. Aquello logró alterarla un poco, su clásica sonrisa se fue desvaneciendo entre más respuestas evasivas le daba, se sentía apartada, más de lo usual. En lugar de dejarlo avanzar apretó el agarre en la ropa ajena, no contaba con mucha fuerza pero algo de su enfado podría reflejarse en el mismo.
Basta...
No lo dijo tan alto, seguro apenas y se le había escuchado, pero no hacía falta gritar, estaban cerca el uno del otro. Así volvió a mirarlo, con ese desespero por ser parte, al menos un poco, de la vida de Zero, más si esta incluía a Kaname, ansiaba saber.
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¡No soy tonta, sé que algo pasa!¿Por qué no quieres decirme
[code]Aún cuando la clase trataba de una lluvia de halagos a su persona, el Sangre Pura optó por ir a su lugar preferido, la torre más alta del edificio que por su estructura parecía un castillo. Desde allí podía observar tranquilamente el desenvolvimiento entre Kiryu y Yuki, envidiando en todo momento el lugar del cazador por el simple hecho de que él podía estar cercano a ella, como él alguna vez lo hizo en el pasado.
Ahí se mantuvo, como un espectador silencioso, desde la cima, controlando todo como si un juego se tratase y pensando en si aún sería correcto depender de una pieza "corrupta" como lo era Zero.
¿Por cuánto tiempo podrás seguir aparentando tu perdida humanidad?
Casi ansiaba que su pensamiento fuese escuchado por el albino.[/code]
[code]La diferencia en la forma de tomar clases era notable, jamás ocurriría que los profesores se arrodillaran frente a un alumno, por más poder que tuviese, pero sin duda la sangre era lo único que importaba en la Sociedad Vampírica, por ello los profesores mostraban sus respetos al heredero de los Kuran.
Las cortinas fueron cerradas como lo establecía el reglamento, nadie podía observar que las clases eran tomadas en total penumbra, la luz era algo innecesario para ese tipo de ojos que asechan en la oscuridad, los mismos que poseían todos los vampiros.
Parecía que sería una clase histórica, algo que Kaname conocía a la perfección por haber participado, sí, se trataba del acuerdo entre Kaien Cross y Kaname, para albergar en un mismo espacio a dos razas, y tratar de demostrar ante el consejo de cazadores y el consejo vampírico, que la coexistencia era posible, aquello sin duda haría del mundo un lugar mejor, un lugar tranquilo para ella, Yuki.
Procuró bajarle el perfil ante las punzantes últimas palabras de lo que sería su emocional contendiente. Rompió su postura en lo estático y se dispuso a caminar ante el frente de su interlocutora. Estaba tieso en cuánto a sus movimientos, como si la veracidad de su ser permanecía al tanto de otros como en el propio.
—Recuerda, que exponerte ante los vampiros, correrás peligro. No debería volver a repetírtelo.—
Entre sí, sabía que, su insistencia pondría en total invalidez sus palabras, pero mientras él esté para protegerla y guiarla a un temple en la balanza, sería lo mejor. Realizó media vuelta, levantando con naturalidad sus pies ante las baldosas para sacudirse, y encaminarse ante los jardines, delante de la residencia.
Entre la pequeña tensión de la reprimenda física de parte de la menor, y la grande que le causó la interrogante de parte del mandamás de la clase nocturna, hizo que presentara un pequeño desequilibrio que procuró soportar hacia sus adentros, como lo ha hecho durante su estancia en la academia Cross, no, durante toda su vida, para ser exactos. Ante la retirada de todos los estudiantes a sus respectivos lugares, el silencio fue su compañero, al menos hasta que Yuki, su compañera tanto de clases como de guardias, lo quebrantó con su curiosidad.
Su semblante bañado entre lo rígido y lo acostumbrado del toque de su amargor, fue lo que de manera inevitable demostró ante su homóloga en funciones. Permitía al menos, que la seca brisa tomara su calma y con ella, se hiciera con el rostro del descendiente de cazavampiros, o es lo que recordó en ese instante en la revuelta de sus pensares.
Esperó paciente a que los alumnos de la clase nocturna se perdieran en su recorrido, en total silencio, y antes de que Zero pudiera marcharse o hacer sus clásicas desapariciones, lo sujetó de una de las esquinas de su sueter escolar, y entonces soltó la pregunta.
¿De qué hablaban?. . .
Yuki descartó de inmediato la posibilidad de que se trataran de amenazas de celos o algo similar, es más, ni lo consideraba una amenaza, parecía más un aviso, todo porque creía que Kaname era demasiado superior para ella, y claro, Zero debía explicarle.
