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[code]Por alguna extraña razón podía percibir su disfrazada tristeza, su disforzado gesto y la solidez de su ego menguaban al fusionarse con él entre sus brazos, no venía a acometerla sino a incluirla y abarcarla con ¿galantería?.

A-Ayato-Kun...Yo...No voy a soltarte hasta que te encuentres mejor...

Entre hipnotizada y cautivada por las esmeraldas insondables del joven al que se abría floreciente y armoniosamente dulce, en la intimidad de su roce entrelazó sus brazos rodeando su cuello.

Yo me quedaré contigo...

Deliberadamente bondadosa y cadenciosa imprimió un pequeño detalle en su mejilla, un beso tan ebrio de idolatría y afecto hacia él.[/code]

AyatoSakamaki · 22-25, M
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La serenidad del vampiro se vería interrumpida por las dos preguntas de la muchacha, la primera la había obviado hasta que ella tomó asiento junto a él tal cual le había pedido.
Por supuesto que no te odio ─respondió cortante. Se notaba en su semblante que algo malo había ocurrido para que él estuviera más malhumorado que de costumbre.

Para responder la segunda pregunta torció la boca y después miró a la mujer que se había acurrucado a su costado. ─ No, no somos nada... Le dejé ir por un camino diferente al mío... ─ un aura de de nostalgia rodeó sus orbes oculares color esmeralda. ─ ¿Por qué preguntas eso?
Su brazo se levantó y rodeó los hombros femeninos en un abrazo permitiendo que ella accediera a su torso.
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[code]La voz del pelirojo no sonó especialmente cortez ni mucho menos romántica, pero tan dulce, cándida y servicial Yui irremediablemente le obedecio caminando hasta el sofá donde reposaba Ayato. Le escrutó llena de curiosidad sintiendo ternura por él, su bravocuneria siempre sería un maquillaje para esconder su soledad. No reclamó a su dictamen sobre lo que haría si se topaba con el huésped kitsune. Además, ella ya le había advertido sobre lo peligroso y amenazante que podría resultar la rivalidad con un vampiro.

Ayato-Kun...¿Me odias?

Se inclinó espontaneamente hacia él, tan divina con sus bucles rubios irradiando luz a su celestial semblante, sus labios pétalos rosas se desgajaron suaves y tersos, tocándole como una buena niña muy suavemente del hombro.

¿Es Nanami-san tu novia? [/code]


AyatoSakamaki · 22-25, M
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Eso no te lo puedo asegurar ─ dijo ya erguido mirando hacia abajo a la rubia.─ Nadie que se entrometa en mi hogar puede salir bien librado.

Retrocedió unos pasos y se dejó caer sobre el sofá con los brazos extendidos sobre el borde superior y cruzó una pierna sobre la otra. ─ Siéntate ─ le mostró el lugar a su lado derecho con la mirada.
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[code]Apretó los translúcidos párpados de ángel temiendo ser dominada por la soberbia y egolatría del pelirojo quien atormentaba de vez en cuando su paz interior sintiendo su contacto rudo y áspero y el peso de su cuerpo masculino desmoronándose sobre el suyo extremadamente ligero y blando. Por un momento casi eterno sintió desnudada su alma penetrándola una honda sensación dolorosa de orfandad y a continuación...desolación, abrió unos enormes y redondos ojos cereza colmados de sorpresa.

...¿A-...Ayato-kun?...

Por primera vez , el vampiro le daba una muestra de respeto hacia su persona al dejarla en paz pero recogiendo una manita sobre su pecho incomprensiblemente audaz ante las calamidades a las que ella sobrevivió, exigió maternal.

No...¡No le hagas daño![/code]

AyatoSakamaki · 22-25, M
[code]Le siguió el paso hasta que ambos se hubieron detenido una vez que la espalda femenina había golpeado contra la pared de la habitación.[/code]


[code]Sus fauces se abrieron develando aquellos afilados caninos de color marfil pulido. Sostuvo la respiración unos breves instantes para poder escuchar atento las palabras de la muchacha.
Bien, te creo. Voy a investigar al respecto.─ olfateó el cuello ajeno y fue retractando el torso alejando su rostro de la cercanía femenina. Lentamente soltó el agarre y mientras su mano bajaba se deslizaba por la fiel femenina con una prolongada caricia. [/code]
[code]¡Por...-por favor no!

Con un tierno y mimoso gesto de repeluz la pequeña blonda se arrinconó ella misma retrocediendo hasta la pared, sofocada por la proximidad endemoniada de Ayato, no quería que la volviera a tocar, ya podía percibir esos cortocirtuitos eléctricos invadiendo su cuerpo y erizado su bello, estremeciéndose como un indefenso corderito al palpitar ese preciado líquido carmesí en su frágil garganta de cisne.

¡A-...Ayato-kun! No estoy mientiendo. E-...He visto a alguien aquí...[/code]

AyatoSakamaki · 22-25, M
[code]¿Sugieres que te estoy mintiendo? ─ entrecerró los párpados notablemente cabreado por la actitud de la chica rubia. En ocasiones podía hacerlo enojar con facilidad, sobre todo cuando insinuaba que él podía mentir.

Ayato se levantó de su asiento y caminó hacia ella con velocidad, hundió su mano diestra entre el rubio cabello por el área de su nuca y le sujetó con firmeza atrayéndola a él. ─ ¿Qué has visto en mi mansión? ─ pronunció en un susurro observando los rosados labios de Yui y acercando peligrosamente sus fauces a su sonrosada mejilla.[/code]
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No cabía duda que estaba rodeada de seres nocturnos pero el aura que le transmitió aquel muchacho albino la hizo sentir un afecto especialmente piadoso. Negó con su aureola rubia, insistiendo suavemente permaneciendo tan sosegada pero a la vez notablemente preocupada.

¿Estas seguro, Ayato-kun?
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AyatoSakamaki · 22-25, M
[code]─ ¿Un chico con cola de zorro?, ¿de qué diablos hablas? No he aceptado a nadie entrar a la mansión ─ le tomaba por loca, no comprendía a lo que la chica se refería.[/code]

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