Esos sádicos colmillos perforaron su piel de alabastro, calando de forma aguda en el imperdonable recuerdo de su muerte. Lo había previsto, la hostilidad y aversión con la que la aplastaba y exprimia como a una presa era deliciosamente divertida. Le estaba concediendo ese honor de embriagarse con su exquisita sangre. Le miraba de soslayo lasciva con antagonismo refulgiendo sus propias esmeraldas alzadas y soberbias.
A-ya-to~ No tengas miedo~ Tu y yo~ Somos como una sola persona~
Le susurró Cordelia, excarbando manipuladora y arteramente en sus recuerdos. El sonido de su corazón palpitante delataban su enfermo pavor y frenesí al ignorar el peligro, el delgado cuerpo de la rubia se estremecía con cada ruidosa succión proliferando esa corriente de líquido efervescente carmesi tan caliente y abundante envolviendo la lengua del pelirojo sumergiendolo en un mar de químicas sensaciones adictivas.[/code]
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— ¿Llorar en tu regazo? Por favor, dime que no dijiste eso...
Su sarcasmo era obvio, sonrió y echó una carcajada por ello, sintió la pequeña mano en su nuca, con ciertq fuerza dejo que su cabeza fuera dirigida al cuello nuevamente de la mujer; escuchó aquellas palabras, sabía que Yui estaba todavía por ahí, podía sentirla de algún modo por lo que susurró en el oído de la femina.
— Por mucho que desee vaciar éste cuerpo, no lo haré hasta que pueda recuperar a Yui, tu no me interesas Cordelia, dejaste de hacerlo hace mucho.... Sin embargo, saciare un poco mi sed y mi deseo.
Dicho eso, de un tajo y sin previo aviso clavo sus incisivos sobre la tersa piel de la mujer, comenzó a chupar con fuerza, extrayendo el vital líquido lentamente, pero no tanto como quisiera, por lo que la soltó casi de inmediato, abrió sus ojos grandes, el sabor que percibió era único.
Era lo tradicional, entre ambos, existía una traumática vena fluctuante de rivalidad que bien desbocaba en intensos arrebatos.
—Lo veía venir~ ¿Quieres llorar en el regazo de mamá~? Nfu, nfu, nfu~
Iba a utilizar cualquiera de sus cartas para vengarse de su puñalada y su muerte, era sarcástica y venenosa, le tomó de la peliroja nuca y lo inclinó sobre su fragante y deleznable cuello de cisne en donde el almizcle de su sangre segregaba un fuerte perfume tan hechizante y adictivo.
—Adelante, Ayato~ Si quieres ser el número uno que nadie te detenga~ Muérdeme y acaba por drenar el cuerpo de esta niña~
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— Sigues teniendo una lengua muy larga querida, pero te diré algo, ya no podrás manipularme, ya no soy un niño.
Acercó su lengua al oído de la mujer, no esperaba menos de ella, apretó el cuerpo ajeno al suyo y el cuello lo dejó lo mas expuesto a sus afilados colmillos.
Relamio sus labios, para después pasear la punta de su lengua sobre el cuello libre de ella; sonrió ladino y añadió.
— si quisiera matarte, ya lo estarías, pero mi interés en ti, es otro.
-Avisoró su impulsiva y predecible reacción, tratar a ese chico malcriado ya no era pan comido como lo fue en su niñez y es que ahora había que ajustarle algunas clavijas para que fuese un buen títere-
No recuerdo haberte pedido piedad~~ A lo que si asentiré es a tu terrible adicción a mi sangre~ Aún la amas tanto al punto de pelear con tus hermanos por ella~? Nfu, nfu, nfu~ Eres como un bebé consentido buscapleitos~
-Inauditamente imperturbable aún teniéndolo en tal peligrosa cercanía, jugaría con malicia arrastrándose con indecencia entre jolgoricas risas-
¿Vas a matarme otra vez~? Anda~ hazlo~
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— Por favor, aun recuerdo como te arrastrabas pidiendo piedad .. No me hagas reír.
No dudo de sus palabras, llevo su diestra a su nuca y observó de arriba hacía abajo a la rubia; camino lentamente hasta ella como cazador a su presa, así que de un momento a otro, se colocó detrás de ella usando su velocidad, la tomó del cuello con su diestra y con su brazo izquierdo la abrazo impidiendo que pudiera moverse.
