- No es difícil entrar y salir de aquí. -Le acaricio ese cabello rubio y ondulado, siendo tan pequeña sabía cuando había tristeza de por medio.- Supe que estabas con estos vampiros porque te vi llegar ese día en que te bajaste del auto y te adentraste. Los hermanos Sakamaki no son tan malos, solo debes seguirles el juego.

[code]La infantil vocesita la hizo respingar y elevar su inocente rostro con lágrimas en sus brillantes y asustados ojos. Tomó la mano ajena y la estrechó con instinto protector. —¿Cómo llegaste aquí? —En esa pesada oscuridad apenas distinguía la silueta pequeña, pero distinguía una carita angelical que le dolía reconocer podría tratarse de una nueva víctima sin salvación en esa cueva de vampiros. —¿Quién eres tú? ¿y cómo sabes mi nombre?[/code]

- Yui. -Expreso con dulzor ante aquella joven, aproximando su mano para acariciar el rubio y ondulado cabello de la chica.- No estés triste, yo estoy contigo. -Le dijo aquella voz proveniente de esa chiquilla que poco le importa saber que en esa mansión está habitada por vampiros.-