- El día esperado finalmente había llegado, y con el inicio de un nuevo año el ciclo de una unión interminable daba comienzo. Muchos dioses se habían reunido para celebrar a la futura pareja, los templos celestiales se encontraban decorados con cintas y linternas rojas, adornos dorados y flores coloridas. El desfile nupcial había iniciado llevando un palanquín rojo con detalles en oro, listo para recoger al dios de la vida. Siguiendo las tradiciones, el novio encabezaria el desfile, montado en un caballo, esperando la llegada de su tan ansiada pareja. -
— Esperare con ansias verte sin ese velo pero sé que luces hermoso.
Sujeto su mano con firmeza, ahora eran esposos, ante la existencia y los dioses. Con paso armonioso abandonaron el templo principal y encontrarse con una hermosa vista fuera, una lluvia de oro caia sobre ellos y todos los presentes que celebraban su union, gritando deseos y bendiciones.
Se habia preparado una gran festividad en los cielos, era tal que incluso en la tierra de los mortales se pudo contemplar como de las nubes caia un rocio dorado, como si el destino repartiera su felicidad con enormes dones y bendiciones.
