- El día esperado finalmente había llegado, y con el inicio de un nuevo año el ciclo de una unión interminable daba comienzo. Muchos dioses se habían reunido para celebrar a la futura pareja, los templos celestiales se encontraban decorados con cintas y linternas rojas, adornos dorados y flores coloridas. El desfile nupcial había iniciado llevando un palanquín rojo con detalles en oro, listo para recoger al dios de la vida. Siguiendo las tradiciones, el novio encabezaria el desfile, montado en un caballo, esperando la llegada de su tan ansiada pareja. -
Los dioses vitoreaban a los recien casados con gritos y aplausos, fue una union muy esperada desde que se supo el compromiso. Algunas deidades tomaron al dragon de la vida y lo llevaron al lugar donde se daria grandes espectaculos. Algo memorable para recordar toda la eternidad.
El novio tambien fue llevado por otras deidades, normalmente no hubiera permitido ello pero era su boda y no tendria motivos para enfadarse.
El día transcurrió con alegría, hasta que finalmente ambos esposos desaparecieron dejando a los demas continuar con las celebraciones. La unión debía consumarse...
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En cuanto salen y ven todo aquel despliegue de los dioses Qiqi no puede evitar el comenzar a lagrimear, era todo demasiado perfecto, sabiendo que aquello era obra de su novio.
- Estamos casados!
Grita finalmente alzando la mano de su novio al aire junto con la suya, sonriendo ampliamente bajo el velo antes de abrazar a su esposo finalmente.
— Esperare con ansias verte sin ese velo pero sé que luces hermoso.
Sujeto su mano con firmeza, ahora eran esposos, ante la existencia y los dioses. Con paso armonioso abandonaron el templo principal y encontrarse con una hermosa vista fuera, una lluvia de oro caia sobre ellos y todos los presentes que celebraban su union, gritando deseos y bendiciones.
Se habia preparado una gran festividad en los cielos, era tal que incluso en la tierra de los mortales se pudo contemplar como de las nubes caia un rocio dorado, como si el destino repartiera su felicidad con enormes dones y bendiciones.
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El ver aquella cinta desaparecer le hace sonreir de inmediato, sabiendo que se habian embarcado en un increible viaje por su parte.
- Lo gritaré cuando estemos fuera.
Lo besa con los ojos cerrados, disfrutando completamente de sus labios finalmente en aquel dia, separandose y volviendo a cubrirse completamente con el velo.
- Luego podras verme... me maquille para ti~
Responde tomando su mano y estando listo para el siguiente paso.
Asintio con el rostro a la vez que tomaba la cinta roja que estaba sobre el altar, anudando sus manos con las suyas La cinta estaba hecha de un material especial, que con el solo contacto de las manos empezo a desvanecerse formando un lazo eterno e invisible entre la pareja.
— Podras hacerlo, gritarlo a los 4 vientos si asi lo deseas.
levanto solo un poco el velo que cubria el rostro de su ahora esposo y beso sus labios con demasiada ternura y amor. Todavia no podia quitarle completamente el velo pues solo el tenia derecho de ver su rostro hasta que su union se consumara.
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Qiqi estaba demasiado emocionado y feliz como para hablar, asi que solo se mantiene en silencio, sonriendo de oreja a oreja hasta que se realiza la última reverencia, esperando a que su pareja le retirara el velo para poder lanzarse a sus brazos y besarlo.
- Finalmenre llegó este día... no puedo esperar mas a anunciarles a todos que estamos casados...
Con ambas varillas de incienso en la mano hizo una reverencia hacia su pareja, siendo la primera señal en respeto a los dioses.
— Y prometo cuidarte siempre, en esta vida, en esta existencia y en todas las realidades que haya.
Realizo la segunda reverencia en señal de honor y respeto a los antepasados.
— Por siempre y para siempre.
Y finalmente realizo la ultima reverencia en honor a su amado dragón, sellando con ello el juramento de una existencia unida por la eternidad misma.
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-Todo va a estar bien...
Ke asegura la vida a su mayor, aunque el tambien estaba necesitando de calma. Toma los inciensos y se prepara para encender los suyos, escuchando a su amado decir aquellas palabras, sonriendo de la emocion y comenzando el con su juramento
- Yo, la vida misma, estoy dispuesto a entregar mi cuerpo, mente y alma al destino durante toda la eternidad, prometiendo lealtad completa y amor incondicional. Haré tan feliz a este dragon como esté en mis manos y caminare con el por lo que me queda de existencia.
Dicho esto enciende los inciensos, apafando la llama y dejandolos que se consumieran, volteando a ver a su pareja.
Trato de controlar el temblor de sus manos y con total tranquilidad, guio a su amado hasta el borde del altar, en el se habia dejado un monton de ofrendas, tomo unos cuatro inciensos y entrego dos a su pareja. Antes de hacer las venias debian encender los inciensos y decir sus votos frente al altar.
— Delante de todos los dioses, de la existencia misma, el destino jura tomar y proteger a su amada vida hasta más alla del fin de los tiempos. Mantener mi amor de la manera más pura y sincera y entregar cada día la mayor alegría, nutriendo nuestro lazo eterno con el amor más puro, un sentimiento que crecera con el transcurso de los días.
Al terminar su juramento, encendio ambas varillas de incienso con un simple soplo de sus labios. El aroma a incienso y flores rapidamente lleno el salon del templo.
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-Wu Fen... estas nervioso...?
Aquel beso habia sido demasiado precioso, pero siente el ligero temblor en las manos contrarias al ser tomadas las suyas. No podia culparlo, el tambien estaba increiblemente nervioso, sus manos temblando un poco mas que las de Wu Fen.
- Estoy listo.
Responde con firmeza, estando determinado a casarse con el mayor, con aquel que se habia convertido en el amor de su vida.
