— ¡O-Oye! Espera... ¿Cuándo fue qué creciste tanto? — Ya no eran los niños de antes donde ella le superaba en tamaño y muchas veces en carácter, ahora... Todo era diferente.
Eso fue rápido. Iba a ser cocinado por esas esferas calientes y no, no quería estar más negro de lo que ya era (?), razón por la cual desenvainó su espada y empezó a cortar cada esfera a la velocidad que le daba el filo de su fiel espada, le salpicaría algunas gotas hirviendo sobre el rostro, el cuello y los musculosos brazos pero sí ella no se iba a detener, él mucho menos.