— ¡O-Oye! Espera... ¿Cuándo fue qué creciste tanto? — Ya no eran los niños de antes donde ella le superaba en tamaño y muchas veces en carácter, ahora... Todo era diferente.
Eso fue rápido. Iba a ser cocinado por esas esferas calientes y no, no quería estar más negro de lo que ya era (?), razón por la cual desenvainó su espada y empezó a cortar cada esfera a la velocidad que le daba el filo de su fiel espada, le salpicaría algunas gotas hirviendo sobre el rostro, el cuello y los musculosos brazos pero sí ella no se iba a detener, él mucho menos.
— ¡...! —se detuvo en seco con el puño al costado de su cadera bien cerrado, incluso temblando un poco de mero coraje, como una bomba de tiempo que detonaría en simples segundos.
Y así se fue, se giró violentamente hacia él con el báculo en alto, lo siguiente fue una acumulación de esferas de agua que salieron disparadas directamente al espadachín, agua caliente a una gran velocidad, una tras otra sin intención de parar.
— ¡Tsk! ¡BRUJA!— No supo que más gritarle o decirle, enserio le molestaba que siempre lo tratara como sí tuviera una inteligencia inferior pero, algún día se acostumbraría. Ahora sólo observó cómo se iba, casi como huyendo de él y es que siempre sucedía lo mismo cuando se juntaban. — ¡Oe!, No corras así ¡Se te ven los calzones de abuela! Y eso no es nada atractivo— Le quería joder con ese comentario porque la verdad, ver un poco más de piel en la maga era algo que le gustaba pero JAMÁS admitiría, por ello se hincó como quién le está mirando por debajo de la falda sí es que algo pudiese observar pero era en aras de ponerla nerviosa.
— Esa en la que tú nunca entrarías porque claramente se requiere de una inteligencia mayor para lograrlo. —siguió, y hasta se pavoneó frente a él, alzando el rostro con orgullo; aunque pronto se mostró ceñuda, mirándolo fijamente— Algún día necesitarás de mi ayuda y agradecerás que haya trabajado más en mi mente que en mi fuerza... ¡Tonto! —reconocía que como espadachín era de los mejores, que era increíblemente fuerte y que su habilidad en batalla era envidiable, ella no sabía empuñar bien una espada siquiera. Ahora estaba un poco ofendida y por ello se giró para darle la espalda y marcharse a zancadas— ¡GRANDISIMO TONTO! —afirmó, por si no era claro ya.
— Dime algo, ¿En qué parte de entrenamiento para ser mago, les enseñan a inflarse el ego?— Arrugó el rostro un tanto fastidiado, ella SIEMPRE tenía que decir algo que la hiciera ganar pero lo que no soportaba era que se comportará con tanto egocentrismo. — Porsupuesto...Como no tienen fuerza deben trabajar en su mente para creerse superiores o ¿No?— Bien, Sharrkan no era muy brillante o más bien era bastante flojo pero era muy, MUY astuto.
— ¿Lo único grande? —se le plantó de frente, ya sin cubrirse— Tengo una inteligencia superior a la tuya, carisma y mayor sentido de responsabilidad que tú, no es lo único "grande" en mi, tooooorpe. —le dijo aquello con desdén, creída de si, hasta cruzándose de brazos para imponerse.
— ¡Tsk!, Siempre buscas la manera de ganar. Pero ya acepta tu derrota, ahora ni porque tengas el pecho grande me ganas en estatura....— Y su comentario fue TAN malvado.