— ¡O-Oye! Espera... ¿Cuándo fue qué creciste tanto? — Ya no eran los niños de antes donde ella le superaba en tamaño y muchas veces en carácter, ahora... Todo era diferente.
— ¡...! —se detuvo en seco con el puño al costado de su cadera bien cerrado, incluso temblando un poco de mero coraje, como una bomba de tiempo que detonaría en simples segundos.
Y así se fue, se giró violentamente hacia él con el báculo en alto, lo siguiente fue una acumulación de esferas de agua que salieron disparadas directamente al espadachín, agua caliente a una gran velocidad, una tras otra sin intención de parar.