—Nee-san...

Casi se le salían las lágrimas de felicidad. Hubiera abrazado más y llenado de besos esa hermosa carita, de no ser porque el "esposo" de su hermana los seguía desde atrás, aún así, hacía como si su presencia no existiera pues para este momento sólo tiene ojos para ella. Sonreía inmensamente feliz, hasta sentia que el dolor se le había quitado luego de haberla escuchado con esas palabras de apoyo.

—Eres la mejor Nee-san. Está bien, me apoyaré en ti. —Y tuvo que hacerlo porque parecía venado recién nacido con las piernas flaqueándole un poco.

— Déjame ayudarte, yo insisto Ototo

Se sentía muy avergonzada de que aquella primera reunión familiar terminase con ellos dos ebrios frente a Lloyd y ella lanzando a su hermano contra el muro, más que por ellos, se avergonzaba por su "esposo" que tenía que pasar esas dificultades por ella. Sabía que no controlaba su fuerza por lo cuál lo ayudaría a ir a la puerta mientras Lloyd los seguía desde atrás.

— No tienes que fingir conmigo, estoy aquí para apoyarte ¿Recuerdas?

—N-No te preocupes Nee-san, estoy bien, puedo caminar solo...

Después de haber recibido esos dos golpes (probablemente involuntarios) de su hermana, estaba casi perfectamente, sólo era una simple herida que le hacía sangrar. Quizá un par de puntos y estaría como nuevo, luego de que hace ya muchos años le partieran las costillas, su cuerpo adquirió la suficiente resistencia como para no morir. Aún así, en el fondo estaba agradecido de poder apoyarse de ella.