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B1576200 · F
La peliazul aceleraba lo más que podía sin embargo a la lejanía logro vislumbrar la silueta de un joven de cabellos castaños con unos enormes auriculares naranjas, ¡¿Pero qué demonios estaba haciendo descansando en un lugar tan peligroso como en el que se encontraban?! ¡¿Estaba loco?! Bulma pito un par de veces el claxon. — ¡Niño hazte a un lado! — Le gritaba exaltada para no arrollarlo o que no se convirtiera en cena de dinosaurio.
B1576200 · F
la tomo de forma cautelosa y la guardo en el interior de su bolsa para posteriormente comenzar a descender del enorme y frondoso árbol, lo que no esperaba era que aquel enorme dinosaurio volador la estuviese viendo a lo lejos y al creer que se estaba robando alguno de sus huevos no dudo en atacarla.

Bulma quien había dejado su motocicleta a orillas del árbol arranco a toda velocidad aterrada, por supuesto que llevaba un enorme arsenal de armas entre sus capsulas, pero su padre solía recoger animales, dinosaurios he incluso monstruos desamparados, no quería herir a la criatura así que solo atinaba a gritarle desde la motocicleta. — ¡Por favor no me comas! ¡Esto no es uno de tus huevos! —



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B1576200 · F
rumor o no aquella temeraria joven estaba dispuesta a recolectarlas y verificar con sus propios ojos si las leyendas eran ciertas o no, el deseo de Bulma no era el más puro y probablemente para cualquiera podría ser una simple tontería de adolescentes, pero para Bulma no existía nada más importante que el amor, Bulma era una de las jóvenes he ingenieras más inteligentes sin embargo no dejaba de ser una adolescente, fue así como aquella bella joven dio inicio a su primera aventura. El radar la había llevado hasta una tenebrosa montaña, un lugar sumamente peligroso y en donde probablemente se requeriría de una voluntad de hierro, se hablaba de espíritus malignos, dinosaurios y monstruos aterradores, pero a pesar de todo aquello Bulma no dio un paso hacia atrás, había escalado hasta el nido de un enorme dinosaurio en donde encontró su segunda esfera, {+}
B1576200 · F
La leyenda de las esferas del dragón cuenta que hace muchísimos años fue obsequiada una mágica esfera por los Dioses a los humanos, al inicio los deseos eran puros, beneficiando a todas las personas y criaturas del planeta por igual, sin embargo en algún punto esos deseos comenzaron a corromperse y a estar plagados de maldad y destrucción, los Dioses molestos por el acontecimiento decidieron separar aquella esfera en 7 esferas distribuyéndolas por diferentes partes del planeta, necesitándose de mucho valor y dedicación para encontrar cada una de ellas, para así gozar de un único deseo.

Bulma había encontrado una de aquellas esferas en casa y su curiosidad la guio a investigar y recolectar datos de ellas y con ayuda de una tecnología altamente sofisticada he innovadora había logrado crear un radar que la llevase hacia el punto exacto en donde se encontraban cada una de aquellas valiosas esferas, [i]

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