*Yuki entendido mientras sólo se cruzó de brazos*

A otros los quieren cazar pero a mi me quieren coger en relaciones sexuales.

*Comentó con fastidio pues ya hace poco rechazo alguien que deseaba sexo con ella*

Iré con cuidado

—No se trata de nosotros como personas. Se trata de nuestra raza. Los yokai no somos bienvenidos. —


Redujo a propósito su temperatura corporal y la nieve comenzó a quedarse encima de él sin derretirse.

—Confía solamente en los de tu raza. Los humanos son más traicioneros. Me parece una perdida de tiempo que de un grupo solamente uno o dos resulten buenos. —

señaló su parche, esperando que ella entendiera que hablaba desde la experiencia.

*La mujer de las Nieves miro al joven frente se ella, sólo se limitó a mostrar una sonrisa*

Tendré cuidado, además no eh dado inicios para que me cazen

*Comentó envuelta en ese frío invernal*

— Ustedes criaturas de invierno. Cada vez aparecen más pronto.—

Bufó notando a la dama de invierno y cómo gracias a ella comenzaba caer del cielo finos y pequeños copos de nieve, pero estos al caer en su piel se derretían por completo.

— Cuídate, cada vez es más común encontrar monjes que se especializan en cazar yokais.—