Se escuchó unos segundos de silencio pero al tener la vista baja, vería el paso de Yato que estaría frente a ella, por lo que al levantar sólo un poco la mirada, sentiría su dulce beso sobre su mejilla, para después escuchar sus palabras—...H-Hai...—Su voz sonaba un poco quebrada de la emoción.
Deseó por unos instantes esquivar la mirada de Hiyori, pero ella lo hizo primero, acto que provocó en él el acercarse los pasos que hacían falta y proyectando su rostro besó una de las mejillas de la jovencita. — Quédate conmigo.
Sin poder evitarlo una curvatura se dibujaria en la comisura de sus labios hasta formar una sonrisa mientras se acercaba cuidadosamente hasta donde estaba él y quedar frente suya con sus mejillas aun teñidas de un sonrosado color.— Pues...Yo me quedaré contigo..— Tras decir aquella frase, desviaria su mirada lentamente hasta bajarla un poco ya que el hecho de mirarle la ponía nerviosa.
—Hiyori, yo... No puedo estar sin ti. — Una de sus manos fue a dar detrás de su nuca acariciándose a sí mismo nervioso. Sus ojos se cerraron haciendo de su sonrisa una más grande, con aquellas blancas mejillas ahora teñidas de un lindo color rojo.-
—Yato...—Murmura en un tono suave pero con muestra de asombro que también demostraría al abrir un poco más sus ojos, por lo que un ligero rubor invadió sus mejillas.
