Misaki tenía 13 años y habia tenido el "placer" de hablar con Saruhiko no más de 5 veces, en realidad el solo le respondia de mala manera, pero, la enana seguía insistiendole porque misaki quería ser su amiga, y esta vez seria como una de esas, ya que misaki volveria a ser la loca insistente que era cuando queria algo.
- hola Saruhiko! ¿como estas? -dijo feliz de verlo, se encontraban en el instituto a la hora de almuerzo pero ninguno de los 2 estaba almorzando precisamente.
Cuando ella toco su hombro y escucho su voz logro recobrarse un poco levantando su mirada por sobre hombro, estaba sangrando, no mucho pero lo estaba.
-Misaki... — Murmuro y como si fuera lo que esperaba se levanto con algo de pesadez en el cuerpo, pues ahora si le dolía un poco, por la euforia no había sentido en su momento el dolor, pero ahora si. La siguió y en cuanto llego a su casillero miro a la pelirroja que estaba sacando ahora un botiquín, claro, él no se había descubierto la cara, tenía algunos pequeños cristales incrustados en su frente y entre el entrecejo. Si Misaki planeaba curarlo tendría que quitarlos.
