No hay nada que perdonar amor, se que te acostumbraste a llamarme así.

Perdóname, es la costumbre mi amado Atem.

Me siento un poco extraño que siendo tu novio te dirijas a mi como faraón.

Eres el motivo de mis actos o palabras de ternura, faraón eres mi motivo de felicidad.

No me resisto a tu ternura, cada que te pones así te veo mas adorable y con ganas de comerte a besos.

Faraón, prometo cuidar tu corazón, como el tesoro más valioso.

-Cuando le fue robado el beso las mejillas del más joven se tiñeron de un fuerte rubor más término cubriendo apenado su rostro mientras deja escapar una pequeña risa.-

Y tu el dueño de mi corazón.

- Tras lo mencionado, roba un beso directo de los dulces labios del menor el cual no duró mucho pero no quiere decir que no fuera profundo y apasionado -

-Al sentir como su rostro era besado no pudo evitar que una suave risa escapara de entre sus labios, muestra del sentimiento de felicidad que en esos momentos experimentaba.–

Eres el dueño de mi ternura.

- Ante la felicidad que siente por la ternura que su amado Yugi era capaz de despertar en el faraón, sonríe muy ampliamente seguido de repartir besos por todo el rostro ajeno -

Ternura de mi vida.

Son expresadas desde lo más profundo de mi corazón, pero también guardo el deseo de protegerte de todo lo que pueda perturbarte, el destino puede ser bondadoso en ocasiones.