Eres muy valiente, Cham y se que también fuerte, pero no puedo permitir que entres en una guerra tan peligrosa. No te preocupes, el bien siempre reinara, cuento con el apoyo de mis amigos y mis Dioses egipcios que están siempre para protegernos.
*Las juveniles manos del faraón son fuertes y cálidas. Cham Cham le observó atenta y escuchando cada palabra del joven.- Si con lo vida o muerte puedo serte de ayuda, Cham Cham no negará la batalla, mi boomerang es suyo, ofrezco mi vida para mantener el equilibrio entre el bien y el mal. Si llegase a morir, moriré con honor y el Dios Huitzilopochtli me llevarán con él al sol, después de cuatro años regresaré como un colibrí y seré la guía de las próximas generaciones. Mi padre, un guerrero distinguido, también luchó, al igual que el padre de su padre, mis ancestros me esperan. En este plano solo venimos de paso y regresamos a la madre tierra.
- Gran Faraón ¿Qué clase de peligro se aproxima? Cham Cham esta dispuesta a pelear a su lado, pero debo entender cuál será el punto débil del enemigo que por ahora es desconocido para Cham Cham. -Quiso saber, enfocando su mirada verdosa al muchacho de esbelta figura y galanura.-
Cham, veo que también puedes sentirlo. El peligro nunca terminará, siempre habrá quien amenace con destruir el mundo pero estaremos preparados y no dejaremos que eso suceda.
- Menciona con determinación mientras aquella mirada firme y seria del faraón se posa en la pequeña peliverde, dándole a entender que no habrá nada ni nadie que debilite su espíritu y corazón -
- Vísperas de la presencia de un enemigo o fuerzas malignas, el peligro se avecina. Cham Cham también puede sentirlo, pero descuide, los Dioses siempre envían a sus más fieros guerreros ante la batalla. -Se escuchó la dulce voz de la fémina que hace compañía al faraón.-
