Camino tan rápido que ignoro algunos saludos, en cuanto llego a su sitio de trabajo se dejó caer sobr su silla ¿Que demonios había sido eso? ¿Yo también? De dónde mierda había salido eso, hundió el rostro entre sus manos ocultando aquel sonrojo que le invadia, imposible de escapar de algunas miras curiosas. Fue Henmi al final quién trayendo algunos papeles y propuestas a revisar le regreso de su trance, nego levemente con la cabeza dejaría de pensar en ello, tenía que trabajar, no podía permitir que algo así interfiriera con su trabajo. Su expresión volvió a ser la misma, aquel ceño fruncido.

Se mantuvo ocupado, tratando de no pensar en aquella escena del elevador, eso hasta que la voz de Kirishima resonó por el departamento de ventas.

Levanto entonces la vista y con un gesto de tranquilidad forzada nego de manera exagerada



—Lo siento tengo algunos pendientes que atender, tendrá que ser en otra ocasión.