El tiempo nos ha cambiado. Ya no somos lo que solíamos ser, nuestra apariencia actual no es más que una corrupción impúdica, aceptable por una vida más. En los sueños efímeros e inalcanzables de nuestro pasado dorado tu apariencia perfecta quedará intacta. Mi sentir no sé ha de modificar ni con el pasar de los años, lo aseguro, mi señor.