— Será un gusto intentar satisfacer la curiosidad de una dama; y quizá, ya de paso, puedas saciar yo la mía con respecto a los True Ancestor. Después de todo, en vida nunca tuve la oportunidad de cruzarme con uno.

— No eres uno común, eso siempre lo tuve presente.
O quizás sí, Archer. Nadie puede contar todo de sí y decir que ya se ha terminado. Yan Wang me trajó aquí una vez más y, nos encontramos así que demuestra el entusiasmo, Archer. (?)

— ¿"Toques cómicos"? Qué cruel. Casi hasta hace parecer que no soy un auténtico bandido, o no uno para ser tomado en serio. Pero puede que haya algo de cierto en eso. Es posible que no sea como el bandido común y corriente. Después de todo, no nací como uno, ni me convertí en uno por ambición o por poder. Ni siquiera por beneficio propio. Será un placer saciar esa curiosidad, aunque en su justa medida. Al fin y al cabo, si revelo todo de mí, nada tendré de interesante.

— Hinako, había leído sobre ti. Y yo ahora tengo la fortuna, desgracia, visita destinada, de conocerte en persona. Tu leyenda es después de la mía. En los tiempos de mi existir todo era honor y conservar. Ahora todo ha cambiado, y tú pareces ser el mismo que se lee en la biografía pero, con ciertos toques cómicos que yo jamás había visto al menos en mis tierras no hay bandidos como lo eres tu, Archer.

— ¿Bocafloja? ¡Ja, ja, ja, ja! Me agradó ese término, me agradó. Sí, creo que se adecúa bastante bien a mí. Puede que sea un defecto, o tal vez una virtud. Sea cual sea el caso, es una característica de la que no reniego. ¿Hm? ¿Y qué, en un sencillo truhán, y en un ladrón, podría resultarle curioso a una eminente figura de la historia como usted?

— Eres del tipo directo, o como llaman lejos de mí país, bocafloja. Que gusto que no te amarres a los prejuicios, creo que varios al volver han hecho lo mismo. Lo único que yo diré, es que vaya que eres curioso o eso me lo pareces, Archer.

— ¿Coquetear? Hm... Qué buena pregunta. ¿Será? Tal vez tenga que ver con que no me ato demasiado a las normas sociales o al qué dirán. Así que si pienso que una chica es hermosa, se lo digo. Y si pienso que alguien es molesto, también. Eso a veces puede tocar la fibra más sensible de algunos. Y también puede acabar en un coqueteo involuntario, me imagino.

— ¿Estas elogiandome, Archer?, me pregunto si lo seguirás haciendo cuando veas mi verdadera complejidad. Aunque, si algo es bien sabido y hablado de ti mientras Hinako estaba aquí es que a ti te gusta coquetear, sacame de esa duda.

— Una mujer compleja y complicada. No eran falsos los rumores que escuché, entonces. Bueno, lo único que le puedo decir es que esos lentes le sientan bien. Le dan cierto toque de... ¿Cómo le dicen en esta época? Glamour.

— Ni hablar. Sólo se me han quedado ciertos gustos que ella tenía, pero no sobrepasa de ello. Es tonto, yo soy quien ella siempre debió ser, claro que, algo se tenía que quedar y que más puedo hacer que vivir con ello. Un precio por volver nada más.