Ya no sólo se limitaba a frotar su mejilla contra la ajena de manera suave, ahora sus manos también se unieron a repartir mimos, las cuales pincelaban caricias por su vientre, cadera y cintura, también lo hacía a sus brazos de manera sutil, con la yema de los dedos.

—Algún día tengamos muchos gatitos.~ —Susurró, aunque luego se dirigió a su oído y le dio un mordisquito travieso con los labios al borde.

Sonríe, mientras seguía acariciando suavemente el cabello del castaño. — Tú también, eres muy adorable. —

Se sentía como un gatito de verdad al recibir las caricias, poco más y hasta empezaría a ronronear tal cual. Que le acaricien la cabeza es su debilidad incluso podría decirse que se pone muy dócil.

—¿Por qué eres tan adorable amorcito? Eres tan suavecita que haría esto todo el día.~

Suelta una suave carcajada, al mismo tiempo que acariciaba la cabeza de él, con cariño. Como si fuera un adorable gatito.

—No suena mal en verdad, mi dulce gatita.~

La abraza y frota su mejilla contra ella como si fuera un gatito repartiendo amor.

— ¿Debería llamarte también "gatito" ?~

—¿Estamos de acuerdo en que te llamaré "gatita" como apodo cariñoso? Porque eres tan linda y encantadora como una gatita.~

— Y tú el papá gato más tierno. —

—No hay duda, eres la mamá gatita más encantadora que existe.~