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YHs1571783 · F
La joven ladeó su cabeza a la derecha, ¿a caso le habían llamado comida? La tenacidad y audacia del varón le provocó una pequeña risita que escapó de la comisura de sus labios; cubrió los mismos en un ligero ademán de su diestra dando la pauta para un semblante calmo y sereno, demasiado a decir verdad, pues éste bordeaba en lo espeluznante.

Le miró de arriba abajo inspeccionando con atención su fisonomía. Parecía humano a simple vista, pero ante los ojos de ella no lo podía engañar, había algo más en él que no era natural.-

Eres gracioso, te tomaré como mi bufón personal; el cargo te lo has ganado con tus comentarios tan hilarantes.
[code]Sus pasos le fueron acercando hasta la fémina. Observó detalladamente la fisionomía de la misma y quedó pensativo por varios segundos. Sus ojos se habían cerrado, pues meditaba con gran esfuerzo como poder dar el tan deseoso halago. Nada, no había absolutamente nada. Al menos eso pensó hasta que una corriente de aire arremetió con fuerza, dejando escapar el aroma de la chica entre la variedad de las otras fragancias.— Hueles tan apetecible como un plato de comida. —relamió sus labios con total descaro. Y es que no podía negarse a su apetito. Aquel perfume natural de la fémina mezclado con las yerbas y aceites le daba una perfecta mescolanza que despertaba su ansiedad por alimentarse. [/code]
YHs1571783 · F
La joven adolecente miró al varón quien de la nada había aparecido aplaudiendo en su presencia, su ego era bastante alto, siempre disfrutó de los elogios de los demás, por lo que aquél acto le logró dibujar una leve sonrisa en sus labios.-

No se quien seas, pero continúa, puedes seguir alabando mi presencia; anda, hazlo de nuevo.

Era totalmente normal que éste no hubiese percibido su aroma, pues, con los años había aprendido a ocultarlo con variedades de yerbas y aceites de otros posibles predadores.
[code]Oh, pero qué tenemos aquí... —el azabache dio un par de aplausos conforme sus pasos lo posicionaban enfrente de la fémina.— No me suena haberte visto por aquí. Y menos percibir tu olor. —elevó la diestra para señalar su nariz, dando una especie de énfasis a sus palabras. Los labios mantenían una curva sonrisa que adornaba su semblante bañado en altanería. No hacía falta presentarse, sus proezas como humano eran conocidas. No obstante, el aura que emanaba pertenecía a un demonio. Uno que había despertado de su sueño y yacía compartiendo cuerpo con Blake. Las corrientes de aire sacudían suavemente su cabellera negra descubriendo, por breves instantes, el rojizo orbe del lado derecho mientras que el izquierdo poseía una tonalidad grisácea. Una completa aberración para algunos.[/code]

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