—El momento es ahora, Xochipilli.— sus adustos ojos bajaron hasta sus plantas de los pies, donde varios pétalos marchitos cayeron antes de dejarse empujar fácilmente por un viento circunstancial. Con la pregunta, regresó su atención al menor. Su multifacética personalidad externó a aquel dios misericordioso que los hombres aprendieron a respetar — Tu lo has hecho mejor que nadie. Un equilibrio perfecto entre aquellas plantas que son curativas y aquellas que son nocivas; una simbiosis sin precedentes que es necesaria en el mundo humano.—

Tezcatlipoca... ‒Musitó con inseguridad, pese a aquel intento de consuelo hacia su persona, había muchas cosas en su cabeza, contradicciones, deseos y razones que no le dejaban decidir, a sus pies, las flores que por su sola presencia brotaban, comenzaron a marchitarse, reflejando así el sentir de Xochipilli.‒ Tomaré una posición neutral... de momento, debo hablar con Xochiquetzal, necesito saber que es lo que piensa sobre esto, cuando llegue el momento, tomaré mi decisión... ‒Su mirada buscó la ajena con cierta timidez.‒ ¿Crees que hago bien?

—Los sacrificios de los más nobles y justos trazarán el camino a una nueva Era donde su bondad será reconocida, Xochipilli, y cuando reencarnen, serán reyes y doncellas dotados de grandes virtudes. —se acercó al pálido Dios de frágil apariencia. Cuando su mano izquierda buscó tocarlo, pareció una cordillera colosal de cuatro montañas y una meseta que se engancharon en su hombro oeste. Un apretón quiso ser una clase de caricia para el consuelo de su nieto—Ve las cosas como tienen que ser, ten compasión de esa minoría y no les permitas vivir un momento más en un mundo donde su valor no es reconocido; donde tienen que cambiar y volverse crueles para sobrevivir. Sus almas también sufren. ¿Acaso se lo han ganado?—

‒Había tanto en las expresiones del contrario, que Xochipilli, ingenuo como era por naturaleza, difícilmente podría tachar de incierto todo lo que decía, las razones que daba para justificar una causa que, a la vista del dios de las flores, tenía tal vez algo de injusta para algunas minorías, se mordió el labio inferior ¿Cuanta inseguridad podía albergar dentro de si antes de entrar en una crisis?‒ Lo cierto es que, en todo este tiempo que estuvimos ausentes, el mundo ha ido en decadencia al punto en que la naturaleza ha desaparecido en muchos lugares... ¿Y pagarán inocentes? ¿Es justo eso? No niego la corrupción de muchos, pero otros más no tienen culpa de ello.

A petición de su acompañante, Tezcatlipoca barrió con un movimiento de su mano aquella imagen desolada y que volvía un sinsentido la contienda demente de algunos dioses en el panteón. — Así de fácil es acabar con tanto dolor que nadie quiere.— aprovechó para ejemplificar, buscando convencimiento en sus ademanes que son acordes a su neutral tono de voz y su impávida gesticulación, recordando el por qué de sus apelativos más populares. — Es normal que tengas esperanza en este mundo. ¿Quién no lo tuvo en un principio? Alguna vez yo goberné un Sol que duró sólo en lo que sus habitantes aprendieron a saciarse de la carne de sus hermanos. — debía mostrar también empatía, por eso su rostro encontró la forma de lucir abatido y listo para externar algo completamente cierto — Los humanos nos enseñaron que somos capaces de equivocarnos. Confiar en que ellos cambiarán y aprenderán la lección ha sido nuestro mayor error.—

‒La mirada del príncipe de las flores ascendió solo para observar aquella proyección que Tezcatlipoca le mostraba, más cuanto se arrepintió de ello, pues sus orbes solo fueron testigos de terror y sufrimiento, no había amor, no había belleza, nada de lo que él esperaba en el mundo parecía estar presente, su rostro reflejó su angustia, su tristeza ¿Tanto mal se había hecho durante el letargo en el que él y sus hermanos estuvieron inmersos? Sintió una opresión en el pecho y su mano subió hasta la altura de su corazón de manera instintiva, como si con ello buscase calmar ese desagradable sentir.‒ Ya no me muestres más... ‒Pidió volviendo a desviar la mirada, incapaz de seguir mirando aquel terrible espectáculo de desdicha y agonía.‒ No se que hacer, estoy en conflicto, siento que entiendo lo que dices, incluso comparto tus ideas, pero no por completo y eso me causa mucha incertidumbre.

—Mentir sólo me haría parte de ese conjunto que debe caer en el olvido, Xochipilli. Soy el dios que ve la verdad y la real esencia de todo aquello que nos rodea; todo está corroído, inmundo. No merece la salvación... - con la palma de su diestra encarando el espejo que yace sobre su pecho, trazó un círculo completo para iniciar una proyección atroz desde el brillo verdusco de la obsidiana. La imagen resulta afín a la percepción visual de Tezcatlipoca: Un mundo post-apocalíptico absorbe las últimas señales de vida con atávico salvajismo. El egoísmo se ha vuelto la única forma de sobrevivir, el aire es tóxico y los animales ya no coordinan entre instinto y supervivencia, pese que alguna vez uno fue el derivado del otro. No hay sonido, pero no es necesario, los rostros en agonía son explícitos hasta erizar la piel —Contempla la actualidad. No pierdas detalle de este infierno que abusa de la salvación de seres misericordiosos como ustedes.—

Quiero creer que tu sabiduría habla y dice la verdad, pero estoy dudoso, pues apenas pienso en la idea de erradicar todo algo en mi se inquieta ‒Un suspiro suave salió de los labios del dios, mientras su mirada se fijaba en un punto en el suelo.‒ Creo que me mantendré a la expectativa, si al final tienes razón y el destino de este mundo es perecer para formar uno nuevo, entonces sucederá sin que se pueda evitar.

—No existe despertar divino que sea errado. Tu papel no es el de entender al hombre, sino a la flora que con tanta crueldad arranca desde sus raíces. Tu misión en el mundo renacido será la de crear nueva belleza en un mundo repleto de armonía.

—La sensatez no está peleada con la juventud, lo mismo que con la sabiduría, pero es cierto, en comparación contigo se me puede considerar inexperto, a pesar de eso creo que el motivo de nuestra presencia va más allá de la destrucción , si no fuese así ¿Por qué alguien como yo estaría despierto en esta época? No sirvo para tales actos.