—Continuaba su camino, sumando las caricias y, al escuchar sus palabras, terminó por dar una pequeña succión que dejara su marca de pertenencia.—

No... hazme... hazme tuyo aquí mismo~

—Suplicó, dándole la razón a no tener que temer el que su amor fuera exhibido, era natural después de todo y el calor a la par un consejero.—

Por favor, ya no resisto más. Te necesito en mi~

—¿Aqui quien puede vernos? Los únicos testigos serian las criaturas que habitan este bosque, pero si eso te incomoda regresemos a tu hogar y realismos ese rito de pasión — Fue algo complicado hablar mientras intenta reprimir uno que otro gemir por culpa de los besos que su dragón le daba.

—Aquellas firmes manos recorriendo su cuerpo terminaron por provocar el calor en él, separándose con necesidad de sus labios y respirando agitado, dejando a la par escapar leves jadeos por cada zona sensible, aún sobre la tela, que lograba tocar, mirándolo fijamente.
Su deseo iba en aumento por igual, comenzando a retirar las telas que cubrían rara vez a su amado, acercándose y comenzando a repartir besos por su cuello y clavículas.—

M-mi amor... ¿No deberíamos... i-ir a un sitio más privado?~

Pronto ese beso intenso había dejado de ser suficiente, deseoso de mas comenzó a recorrer ese esbelto y estético cuerpo con sus enormes manos, el placer que le provocaba manosearlo con lascivia era demasiado, comenzando a calentarse casi de forma inmediata sin poder evitarlo, su animal interior saliendo a relucir al mostrarse algo intenso con sus acciones.

A-agnar... Torito~

—Murmuró a duras penas con ese pequeño respiro que le permitió tener, volviendo a ser devorado por sus labios, logrando hacerle estremecer, dejar sus piernas como gelatina y necesitado de seguir aferrado a él.
Sus besos lograban tanto en él, desde los dulces hasta aquellos pasionales, incluso podía casi jurar de sufrir pequeños orgasmos con cada uno, al grado de que sus ojos tenían pequeñas lágrimas por el simple gusto, falta de aire y placer de cada beso.—

Mnh~

No deseaba separarse de su dragón, pero debía dejarlo respirar, por lo cual, rompió brevemente con el beso, pero en menos de lo esperado volvió a besarlo, como un adicto a la droga esos dulces labios le produjeron una fuerte adicción.

—Sus labios siendo devorados por él con tanto deseo lograban hacerlo estremecer, respondiendo gustoso, sintiendo como le robaba nuevamente el aliento a la par que sus lenguas danzaban.
Se abrazó a su cuello, aprovechando de acariciar y jugar con sus cabellos desde la nuca, subiendo y enredando las hebras entre los dedos, disfrutando por igual sus firmes manos envolviéndolo.—

—Ambos nos entregaremos a ella y sera sublime — Sus ancias lo incitaron a volver a besarlo de forma posesiva, invadiendo su cavidad bucal con la lengua mientras sus manos inquietas repasaron todo el cuerpo del dragón.

—Se aferró a él al estrecharlo entre sus brazos, volviendo a buscarle el rostro luego de la mordida, mirandolo fijamente.—

Entonces vayamos juntos a la locura absoluta~

—Demasiado, Fei. . . me vuelves loco de una manera que me gusta, solo puedo pensar en ti y solo deseo estar contigo — Respondió luego de morderlo, lamiendo lo rojo que había quedado luego de la mordida.