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—Él nunca fue bueno para tratar con los demás, menos si se mostraban amenazantes para su ser, manteniéndose encogido de hombros.
Tembló un poco, negando un par de veces, abriendo apenas los ojos para observarlo.—

N-no... Déjame, por favor. —Insistió de nuevo.—
 
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XioFeiling · M
fue clara y, aún sin los colmillos haciendo presión, era fácil sentir que le herirían con un sólo roce por su filo, terminando por llevarlo al límite de la desesperación, sumado al dolor, el miedo e impotencia.—

B-bas...ta!

—Repitió, cuando no pudo más y todo su cuerpo se envolvió en energía pura, sucumbiendo a su instinto de supervivencia más que a buscar el raciocinio de aquel ser.
Liberando la pierna que estrujaba, agitó la cola con bastante fuerza, sin importar si provocaba una herida más profunda por un momento pero, al final, consiguiendo deshacerse de la punta, a la par que su cuerpo se iba alargando y tomando mayor tamaño, de mayor fuerza, asimilando la larga figura de una serpiente.

Toda la energía acumulada en su destello, terminó por desvanecer y dejar a la vista a un enorme dragón chino de al menos 15 metros de largo y 6 de alto, de escamas platinadas y azules, mostrando las fauces con un gruñido resentido.—
XioFeiling · M
—El dolor de sentir atravesada su cola había sido prácticamente ignorado ante la falta de aire y la poca lucidez que eso le provocó, quizá con la mezcla de adrenalina al verse en tal situación, sin embargo ese momento pasó y el dolor fue creciendo, logrando arrancarle quejidos.

Era terco, se negaba a soltar el agarre a pesar del daño infligido, si bien no podía librarse, al menos intentar que no llegara más allá era una opción viable pero demasiado fugaz.
Cuando finalmente pudo respirar un poco más, fue un alivio y, a la par, lo sintió como una burla totalmente cínica, dándole a entender que, quien poseía el control, era ese hombre.—

Lo... lo sabía... Gh...
Disfrutas del... dolor a-ajeno.

—Afirmó una vez más, con bocanadas desesperadas de aire, llegando a su límite, casi como si quisiera romperle el cuello al tenerlo sujeto, abriendo los ojos con sorpresa cuando la humedad y calidez de la lengua ajena le recorrieron la piel.
Se quedó congelado por un instante, la advertenci
(...) [center]que la piel del mismo será tratada con un doloroso reclamo en unos instantes.**[/center]
[center]**Para el esparvus no es más que un deleite ver como el ser platinado vanamente intenta resistirse a sus acciones.
Con mayor ímpetu, jala aún más la cabellera ajena, para que este no pueda forcejear y se mantenga sometido a sus deseos; y, aún más importante, sea incapaz de defenderse con aquellos cuernos, o soltar una mordida que lo obliguen a soltarlo.
Aún con la mano en el cuello ajeno, libera parte de la presión con la que lo sujeta. Aunque no lo hace del todo. Sigue manteniendo la firmeza en el agarre, pero lo deja respirar apenas. Tampoco lo liberará, ni le dejará permitir tomar todo el aire. No hasta que aprenda quien manda durante esa noche.

Incrustando más la punta filosa de su cola en la ajena, para hacer que el oriental suelte su pierna, se inclina, para respirar, y posteriormente lamer de manera morbosa, e incluso irrespetuosa, el cuello ajeno. Entre ello, le hace sentir apenas su afilada dentadura.
No la incrusta, aún; simplemente le hace saber[/center] (...)
XioFeiling · M
—La presión en su cuello se comenzó a volver insoportable, apenas mirándolo con el entrecejo fruncido, sintiendo como su vista iba nublándose a cada instante conforme el aire era más difícil de llegar a sus pulmones.
Mantuvo la fuerza, terminando por enterrar las garras en la piel del brazo en un nuevo y, al parecer, vano intento de liberarse, sin contar con el cambio contrario.—

T-tsk...

—De inmediato retrajo las garras, aquellas escamas con facilidad podrían romperlas si las mantenía dentro, pero la presión de su cola sólo iba en aumento, tan fácil de cortar la circulación si es que fuera humano; para su mala suerte, no lo era.
Con su cuello expuesto y el dolor de ser jalado de la larga cabellera platinada, la mueca de disgusto era más evidente, llegando a mostrar los colmillos.—

B-basta... estás loco. Y-yo no soy... no seré tu diversión nocturna gh...

—Él no era de pelear, jamás había luchado y las tenía de perder, sólo pensando, suplicando internamente por ayuda.—
(...) [center]esparvus comienza a transformarse.
Tornándose escamoso y oscuro; con una tonalidad gris metálico, como si estas escamas estuviesen hechas de acero. A la par que una protuberancias crecen en la frente, hasta convertirse en, al parecer, dos armas letales que salen de su frente. Todo mientras su musculatura adquiere mayor volumen y solidez que en su forma "humana". Sus ojos, pierden el blanco de su globo ocular para volverse negro y su cabello crece, de mantenerse corto.**

[i][c=#E50000]Por ti, conservaré el rostro disfraz, pero sigue resistiéndote y verás al verdadero monstruo... te follará un monstruo...~[/c][/i] **Replica, con toda la mofa que siente en esos momentos. Una cola, con la punta terminando en una saeta filosa, se incrusta en la cola ajena para, con el dolor del ser plateado, hacerse soltar.**

[/center]
[center]**Con la forma de aquel ser, el esparvus ladea la cabeza con curiosidad, más que tener algún temor, o el pensar retractarse, le da curiosidad, y se acentúa en su sonrisa.**
[i][c=#E50000]Vaya criatura más fascinante.~[/c][/i] **Expresa, divertido, mientras, con una mano aferra los cabellos ajenos, para tirar de ellos hacia atrás, con ímpetu; forzando al oriental a llevar su cabeza hacia atrás y dejar su cuello expuesto.
Pese a la cola presionando su pierna, y, que siente la misma, aquello no detiene su actuar y es cuando aumenta la fuerza en la mano que sostiene su cuello, cerrándose esta con mayor fuerza alrededor de la garganta ajena.**
[i][c=#E50000]Ahora me has provocado más... voy a tomarte esta noche, y no podrás hacer nada para evitarlo...[/c][/i] **Se acerca para susurrar al oído ajeno, para, al alejarse, exclamar con una sonrisa burlona.**
[i][c=#E50000]Mi turno...[/c][/i]

**Y es entonces, que, no sólo sus manos, sino el cuerpo del[/center] (...)
XioFeiling · M
—El temor iba creciendo en su interior, no supo en que momento acabó atrapado y, como tantas veces en el pasado, ello demostraba porque se mantenía en confinamiento a voluntad propia, escondido para evitar que le hicieran daño como parecía iba a suceder en ese instante.

La mano en su cuello fue un dolor inmediato, llevando las propias a sujetarle del brazo con fuerza, en un intento de apartarla, sintiendo el ardor y, en respuesta, terminando de tomar su forma híbrida.—

Ghhh!
¡B-bas...ta!

—Suplicó, justo cuando las escamas fueron más visibles en su rostro al igual que sus manos, otras tantas ocultas entre las ropas.
De su frente crecieron un par de cuernos de punta redondeada, así como su cabellera se tornó en un azul platinado bastante peculiar.
Por la parte inferior de la ropa, terminó saliendo una larga cola escamosa, la cual se enredó con fuerza, rodeando cual serpiente una de las piernas de su captor, comenzando a hacer presión.—

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