—Se lo dire pronto — Giro su cabeza lo suficiente para poder apreciar al dragón a detalle, al hacerlo pudo darse cuenta que era observado por este. —¿Por que te resistes a verme a los ojos?—
No lo hace... Su ilusión es que te fuiste por un tiempo, pero no por tanto.
—Se giró apenas un poco, mirándolo de reojo, quedándose callado al admirar su rostro. La verdad era que no había olvidado nada por más que quisiera, pero tampoco deseaba admitirlo frente a él, en especial porque se vio obligado a sufrir en silencio y soledad tanto tiempo.—
¿Cuándo piensas decirle? No quiero que te lo lleves de un día a otro.
—Entiendo — Al contrario del dragón, él no pudo perder las costumbres que había adquirido en ese lugar, las noches eran tortuosas cuando la imagen del dragón invadía su mente, había noches que juraba él estaba a su lado. —Si, él me dijo todo. ¿Crees que sea necesario decirle del tiempo transcurrido? Pienso que no hace falta—
Un tiempo me acostumbré a ellas... No puedes culparme de perder la costumbre desde que te fuiste.
—Mencionaba con calma, siempre mirando al frente, donde su niño jugaba.—
Él no está consciente de cuánto tiempo pasó en realidad, Caín. Estoy seguro que ese lobo tuyo te lo dijo... Lo mantuve dormido hasta hace poco realmente. Sabe que te fuiste pero... No sabe el tiempo en realidad.
—Ya deberías estar acostumbrado a mis manías— Continuo viendo a su hijo mientras escuchaba al dragón. —Él es igual de amable que tu, no esperaba me recibiera luego de tanto tiempo lejos de él. . . no es nada rencoroso—
—Esa manera repentina de llegar y casi darle un paro cardíaco ya era una costumbre, apenas tensandose de los hombros antes de volver a relajarse, mirándolo de reojo.—
Esa manía tuya de espiarme a la distancia...
—Musitó apenas, agradecido de no decir más de eso, algo a lo que podía escapar fácil.—
Lo está... Le hacías bastante falta, eres su papá después de todo.
—¿Lo esta?— No pudo evitar escuchar las palabras del dragón, con un oído bastante agudo nada se le escapaba, a veces eso resultaba algo molesto cuando no deseaba escuchar ciertas cosas. —Conmigo aquí evita decir cosas que quizás no deseas que escuche— Había aparecido sin avisar, como ya se le había hecho costumbre, se acerco al dragón colocándose a su costado para ver también a su hijo jugar.
