Tai Feng!~
—Su sorpresa al ver a su pequeño ahí otra vez fue enorme. No pudo reprimir el llanto de felicidad pues creía que no volvería jamás a tenerlo a su lado, acercándose a tomarlo en brazos y repartiendo dulces besos por su rostro.
Su tesoro, el único motivo por el cual seguir viviendo, estaba nuevamente a su lado.— Mi niño... Mi Tai Feng~