—Su cumpleaños jamás fue algo que gustara o siquiera hubiera celebrado antes. Cada año pasaba, era un año más a su existencia y siempre igual, sin embargo ver llegar aquellos regalos, celebrando por él, por estar aún existiendo, le hizo sentir importante, querido, apreciado.
La sonrisa en sus labios fue difícil de borrar, la calidez en su pecho y saber que, aún sin hablar de ello realmente, alguien lo tenía presente.— Mi existencia... aún importa.