—Lo había vuelto a ver, cuando creyó que jamás volvería, cuando lo dio por muerto.
Su dilema no era ese, ahora sentía su corazón dividido, partido en dos, sintiendo que su primer amor podía renacer y, a la par, que ya había alguien a quien había comenzado a amar a pesar de tener miedo de ello.
¿Qué debía hacer? No quería ponerlos en una balanza, comparar jamás sería su idea y tampoco podía elegir a uno sobre otro. Claro que, como estaba la situación de delicada después de lo sucedido con el dragón de agua y hielo, tampoco tenía por seguro que pudiera florecer algo más allá.— ¿Por qué...?