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—El ardor en su abdomen perduraba aún con el paso de las horas, el golpe recibido sin duda fue como un látigo, dejando una prominente marca resaltando en su piel.
La impotencia y culpa, junto al vacío de ver a Shaitan marcharse con quién fuera su amigo sin decirle más nada, eran un nuevo tormento en su cabeza, el cual trataba de disipar, de mantener la frente en alto a pesar que le costaba.—

Shaitan... —Murmuró por el dragón de fuego, antes de que su pensamiento fuera al más joven, rogando internamente que estuviera bien, aunque sintiendo a la par ¿Celos?—
 
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XioFeiling · M
—Aquel agarre y caricia eran lo que más anhelaba, lo que más necesitaba en ese momento aunque no era capaz de admitir.
Alzó la mirada, lo observaba fijamente, como si quiera saber que pasaba por su mente, como lo veía a él y como veía a Meiren, quería hacerle tantas preguntas y a la vez ninguna, tenía miedo de la respuesta.—

Shaitan...

—Murmuró su nombre, como un suspiro, como un anhelo suave. Jamás, nunca se atrevería a apartarlo, no quería eso, era lo que más temía, terminando por elevar las manos y posarlas sobre el pecho ajeno, poco a poco aferrándose a sus ropas.—
Shaitan · M
Notó su actitud cortante, pero eso no lo haría retroceder. Al contrario, avanzó un poco más, con la mirada fija en su rostro, que incluso con ese aire de melancolía y decepción seguía siendo hermoso, pero no quería que se mantuviera así por mucho más.

La nueva cercanía casi lo hacía rozar sus labios con la línea del cabello ajena, pero se mantuvo sin tocarlo por el momento.

—No revisaré.

Habló bajo y suave.

—Pero ya no te castigues y ayúdate a sanar, por tu bien y el de tu cría que debes cuidar.

Sin contenerse mucho más, rodeó su cintura con uno de sus brazos, sin apegarlo demasiado, al no saber si el golpe había logrado lastimar sus costillas, y su otra mano acarició su rostro y elevó su mentón.

—Y no seas tú quien intente alejarme.
XioFeiling · M
No insistas...

—Respondió tajante al momento, ni siquiera se atrevía a mantenerle la mirada, desviando esta antes de llevar la mano a su pecho.
En verdad lo que menos le importaba era aquel golpe, se lo ganó después de todo y no era culpa de él, era suya.—

Meiren se desquitó de justa manera, por eso te pido que no insistas en revisar, Shai...
Yo... yo lo conocía desde hace algún tiempo, no mucho, pero si algo. Nos volvimos amigos y... y jamás imaginé que él y yo compartíamos algo más que nuestra raza.

—Le costaba ser directo, no podía simplemente afirmarle que Meiren estaba enamorado de él y que, aún con el dolor en su corazón por su relación anterior, comenzaba a sentirse cada vez más atraído por igual al dragón de fuego.—

Comprendo su dolor y es más grande que el del golpe... Sólo te suplico que, si vas a enfrentar a su esposo, tengas cuidado, por favor. No quisiera perderte, no después de aquellas palabras que me dedicaste.
Shaitan · M
Cuando el mayor apartó sus manos de él, no insistió por el momento, aún si bien quería tomarlo y examinarlo.

—Meiren está estable. Y no tardaré en encargarme de Ranshao.

Respondió puntual a sus preguntas para luego mirar la postura de su cuerpo y su ceño se frunció inevitablemente.

—Quise evitar ese golpe y sin embargo saliste lastimado por mi culpa...

Era tan absurdo que era risible y sin embargo sus labios no quisieron siquiera sonreír. Sacó de sus ropas una bolsa pequeña de tela, estaba llena de plantas medicinales que había recolectado antes de ir con él; la que fuera necesaria, la tendría.

—Sabes que si no me permites verte te llevaré a como dé lugar a ser examinado; aunque no quieras y aunque me odies por ello... Por favor, déjame verte, Fei.
XioFeiling · M
—Soltó un suspiro con pesadez, mismo que le hizo doler al contraer el abdomen, formando apenas una mueca antes de escuchar aquella voz y sentir su agarre, mirándolo fijamente.—

¿Cómo está Meiren? ¿Cómo estás tú...? ¿Te enfrentaste a... su esposo?

—Aquellas preguntas importaban más que su condición, quejándose y apartándole la mano apenas cuando tocó encima de la ropa, cubriendose con los brazos bajo sus largas mangas, como si sólo hubiera juntado estos para reposar.—

Estoy bien, Shaitan...
Shaitan · M
A su vuelta se sentía realmente miserable, pero no evitó que hiciera lo que debía hacer y lo que había tenido en mente desde que había dejado el hogar de Fei en primer lugar, y era volverlo a ver para conocer su estado.

Al encontrarlo, tomó uno de sus brazos y lo miró con una tranquilidad forzada.

—Fei, ¿cómo te sientes?

Sin esperar respuesta, palpó su abdomen, mirando a sus ojos con insistencia.

—¿Duele? Déjame verte.

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