—Ese adiós lo confirmó todo. Bajó la mirada de nuevo a su pequeño, sonriendo tenue para él y así distraerlo, conteniendo las lágrimas.
Le abrazó con mayor fuerza, sin hacerle daño, siendo lo único que le quedaría como recuerdo y vista del vampiro, su última muestra de amor.—

Dejo escapar una pequeña risa ante la esperada reacciono del dragón, era lo que esperaba de él aquella resignación eso le facilito mucho su partida. —Adios Fei— Le otorgo una suave caricia en la cabeza y se giro sobre sus talones iniciando así su andar lejos de ellos.

Pero...

—Justo iba a cuestionar cuando dijo aquello, bajando la mirada.
En parte tenía la esperanza de volver a verlo, de que, si ya no había nada entre ellos, al menos su hijo fuera lo que los mantuviera conectados, ilusiones tontas al parecer.
Observó a su pequeño, abrazándolo de nuevo contra su pecho para evitar que viera a su padre marchar.
Él tampoco quería verlo marchar, alzó la mirada una última vez, observándolo con súplica, pidiéndole que no se fuera con sus ojos, aún cuando ya conocía la repuesta.—

Con la mirada sobre su hijo aguardo unos segundos antes de responder, segundos que utilizo para pensar en la respuesta que debía darle al dragón. Pero, ¿Cómo explicarle que una entidad amenazaba su existencia? Y mas aun, que estaba mas que decidido a entregarse a la muerte. —No y no cuestiones los motivos. . .— Acaricio la pequeña cabeza de su hijo y continuó. — Se que harás un buen trabajo cuidando de él, ahora debo irme, no tengo mas que decir. Cuídate Fei — Alejo la mano de su hijo y la dejo caer a su costado viendo por ultima vez al dragón.

¿Eh?

—Lo miró extrañado, dejando que su pequeño se abrazara al rostro de su padre cuando estuvo cerca.—

¿La última vez? ¿A qué te refieres? ¿Ya no vendrás a verlo?

—Se porto bien, es un buen niño. . . pero te extro mucho, es por eso que he decidido dejartelo permanentemente— Acerco su rostro al del pequeño para besar quizás por última vez a su hijo. —Fei, quizás sea la ultima vez que vea a mi hijo así que aquella condición que te puse queda revocada—

—Seguía estrujandolo con sumo cuidado, acariciando sus cabellos y sonriendo al tenerlo en sus brazos.

Lo había extrañado demasiado, ese mes fue terrible sin su pequeño a su lado, era como un infierno personal y le devolvía el alma al cuerpo tenerlo de vuelta.—

¿Se portó bien, Caín? ¿Fue buen niño a tu lado?

—Hoy se cumple el mes y aquí tienes a tu hijo cómo te lo prometí — Respondió luego de entregarle a su hijo. El pequeño se mostraba feliz de estar en los brazos de su madre, una emoción tan pura que el vampiro no pudo presenciar en el poco tiempo que lo tuvo con él.

—Esa voz era imposible de confundir, sus ojos se abrieron ampliamente y se giró casi de inmediato para mirarlos.
Sus ojos se aguaron, pero trató de contenerse, acercándose a extender sus brazos y recibir en ellos a su pequeño bebé, llenándolo de suaves besos por el rostro.—

Mi retoño, Tai Feng~

—Musitó apenas, acariciando sus cabellos antes de volver a mirar al padre de este, suspirando.—

¿Ya ha pasado un mes?

—Para ti sera fácil encontrar aquello que anhelas— A espaldas del dragón se escucho la inconfundible voz del ancestral, con su hijo entre sus brazos; el pequeño asiaba ser abrazado por su madre.