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—La debilidad que habla quedado en su cuerpo lo obligó a cambiar de aspecto, a uno que necesitara menor energía, que fuera más fácil de sobrellevar al menos hasta recuperarse.
Fue en ese momento que, aún si su apariencia ya era lo bastante delicada y comparable a una mujer, terminó por tomar la forma de una, más dócil, más frágil, con curvas más pronunciadas de lo usual y, sin dejar de lado ese pequeño detalle de cubrir siempre sus muñecas, tobillos y cuello, aunque ahora los vendajes se reemplazaran con pequeños adornos en estos.—
 
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XioFeiling · M
—Verlo apoyado entre el pequeño hundimiento que formaban estos al centro le hizo ruborizar ligeramente. Había sido más, sin embargo no tenía la sangre suficiente aún, por lo que desvió la mirada totalmente apenada, escuchándolo.—

Jamás m-me habías visto como hembra... Para mí, este cuerpo es muy... penoso...

—Musitó suave, antes de verle con sorpresa una vez más por aquel agarre, estremeciendo y dejando salir un jadeo bastante agudo cuando mordió, aferrando las manos entre sus cabellos.—

S-shai, espera... S-son demasiado...sensibles ng!~
Shaitan · M
A pesar de que las ropas la hacían lucir discreta, apenas sacó su rostro de la calidez de su cuello, su barbilla casi encajó entre sus curvas. Elevó la mirada a la de ella con una sonrisa ladina y traviesa.

—¿Por qué vergonzoso?... Lo único penoso sobre tu cuerpo es que hay ropa cubriéndolo.

Con su mano libre, empujó uno de sus pechos hacia arriba; los sabía sumamente sensibles, por lo que además mordió sobre la tela, con fuerza, aunque no la suficiente como para herir.
XioFeiling · M
—Con sorpresa por aquel abrazo, se rodeó a su cuello para poder sujetarse sin caer, dejando escapar una pequeña risa al ser elevada del suelo, mirándolo fijo.
Había extrañado sus abrazos, su cercanía, ello la hacía sentir más segura y sólo pudo responder al dulce gesto de sus labios cuando le dejó un suave beso sobre la cabeza, acariciando sus cabellos.—

Shaitan, es algo vergonzoso con este cuerpo~

—Musitó apenas pues, aunque no era extremadamente dotada a un grado enfermo, si tenía lo suyo, un par de "cojines" donde el menor terminaría apoyado con esa postura.—
Shaitan · M
Al saber su respuesta, su ojo visible brilló un poco, aunque procuró mantener una faz calma. Soltó su mentón para agacharse y rodear su cintura con la firmeza y cercanía con la que estaba acostumbrado a tomarlo, y la que había comenzado a ansiar.

La alzó del suelo en ese abrazo, su cuerpo era extremadamente ligero y fino, a pesar de sus ropas, pero se sentía como él, sobre todo al hundirse en la curvatura de su cuello e inhalar su aroma, antes de dejar un beso sobre la tela.

—Bien... me había cansado de no poder tenerte así de cerca.
XioFeiling · M
—Se mantuvo mirándolo fijamente, hacia arriba pues, no sólo era más frágil y curvilínea, sino más bajita también.—

Ya no duele pero... La marca permanece aún, tardará un poco en borrarse de mi piel.
Shaitan · M
Mantuvo la sonrisa al ver aquella expresión en su rostro, sin embargo no le gustó saberlo tan frágil como para no percibirlo. Se limitó a negar y a tomar su mentón con delicadeza.

—Acabo de llegar... ¿Cómo estás? ¿Aún duele?
XioFeiling · M
—La misma debilidad que presentaba a esas alturas le impidió tener sus sentidos trabajando de forma correcta, el olfato más que nada y el oído, por lo que no se percató de la presencia ajena hasta escuchar su voz, ya muy cercana, dando un pequeño brinco del susto antes de girar a mirarlo, dejando su labor con aquel jarrón de flores.—

S-shaitan, casi me matas de un susto...

—Reclamó con una voz dócil, acompañada de un pequeño puchero en sus labios.—

¿Cuánto llevas aquí? No te sentí llegar.
Shaitan · M
Había un sinfín de cosas en su cabeza para el momento y una de ellas seguía siendo el dragón al que había dejado malherido en su hogar. Hablar con él solía traerle calma; estar con él, un placer creciente; ver su rostro, una calidez distinta a la ferviente que a veces dominaba su carácter. Necesitaba de esa paz para calmar sus ansias, por lo que entró en el hogar, pero de espaldas se encontró con una figura más curvilínea.

Se acercó un poco y percibió su aroma, confirmando que se trataba de él, y al comprender lo que había hecho, rio por lo bajo.

—Dime, ¿ha funcionado... esta forma?

Realmente, lo primero que quería saber era acerca de su salud.

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