Si tú supieras que, a diferencia tuya, yo no volví a dejar que alguien más me tocara... Que, aún sin ser nada, te he mantenido fidelidad y mi cuerpo sigue añorandote. Si tú supieras que he optado por la abstinencia más dolorosa, aún sabiendo que no lo haces tú... Si tú supieras que no he dejado de amarte, de desearte, de extrañarte, sin saber si tú ya lo dejaste hace tanto... Si supieras tantas cosas...
—Llevó las manos a su pecho, aún dolía y más ahora con el vampiro tan cerca, sabiendo que lo de ambos hace mucho había acabado pero, tal cual lo dijo antes de saberle cerca, aún añoraba su presencia y lo que fueron.—
Tan cruel...
—Murmuró, no para él si no para su propio sentir, tan cruel que aún le hacía amar a quien creía había dejado de hacerlo.—
—Esta bien, me iré, sólo por esta ocasion— Caín difícilmente podía controlar su ansiedad por el dragón, aunque sabia bien que entre ellos ya no había nada, se empeñaba en querer comportarse cómo su dueño. Era egoísta cuando se trataba del dragón. Se dio la vuelta y salio del lugar.
—No servirá de nada otra barrera, la cruzare de la misma forma que cruce esta que protege este lugar — Comenzaba a impacientarse. —Todo lo que tenga que ver conmigo me interesa —
—Mientras este aquí olvídate de tu privacidad— Parecía buscar ser desagradable para el dragón, sus emociones siendo la causa de cada repentina aparición y de arrogantes palabras. —¿Y bien? ¿A quien le dedicas esas palabras?—
—No se esperó que llegara en ese instante, estaba tan perdido en sus pensamientos y, en su propia necesidad que pasó por alto su presencia y logró asustarlo. Rápidamente volvió a acomodarse las ropas, cubriendo su cuerpo y observando por sobre el hombro al vampiro.—
¿Cuando dejarás de ingresar sin avisar de tu presencia? Caín... Esta es mi alcoba, exijo privacidad como mínimo.
No tenía el interes de escucharlo pero había llegado en ese mismo momento alcanzando a escuchar lo que el dragón recitaba. —Me preguntó de quien hablas. ¿A caso un nuevo amor que te dejó?—
