—Sólo ha sentido un terrible antojo por la carne en dos ocasiones, ambas han sido relacionadas a su embarazo.
Se quedó mirando fijamente un pedazo de filete, mejor dicho, un pequeño jabalí que confiado comía cerca de él, cosa peligrosa pues se sentía como un gato cazando al ratón, incluso su cola se movía de lado a lado, de forma lenta pero ansiosa.—