-Había clavado la espada en la roca tras esa última batalla. Sabía que era fuerte jamás se imaginó que su energía se incrementaría de pronto. Orgullosa de sí misma, con una nueva voluntad y carácter, tiró del mango de su arma para sacarla de la piedra y bajas de ahí. Iría ahora al Castillo Central, dónde sabe, en antaño, vivían los antigüos líderes de Asgard.
~Niña insolente.... ~...*Vocifero desde atras del serafín aquel demonio que andaba suelto el cual fue silenciado por la mano de asura que se elevo, era claro el por que sentía ser tan superior, tenia el respaldo del poder que por siglos acompañaba a las grandes familias, además de un tipo de miasma tan extraño que durante las existencia de las 5 grandes casas solo un juez tuvo y se le llamaba prodigio, el serafín sonreia con cierta ironía, observó mientras se acercaba, tenía claridad que ella podía dañarlo incluso con ataques muy ínfimos, pero ella no lo sabia, y aunque así fuera, el azabache gobernante de Asgard no demostraba ni el más mínimo apice de preocupación *... Dices que Asgard, una tierra bajo mi custodia te esta dando el poder para derrotar a seres demoniacos?... *exclamó con en tono burlesco, no es que fuera imposible, pero si era claro que un núcleo que lleva siglos alimentando el poder de un serafín que dia a dia ha perdido su esencia, ahora reconoce
