¿Qué te hace pensar eso para que lo digas?, Soy la oficial al mando, puedo pedir trajes a mi medida o según mis requerimientos, pero... — Evitó mencionar más al respecto, dado que no tenía que dar explicaciones a quien pronto sería su presa. Suspiró pesadamente, ésta vez guardo el arma que solo usaba como práctica para sus juegos, y desde su retaguardia extrajo un arma más, ésta venía cargada y lista para su uso. — ¿Te crees muy astuto para siquiera intentar evadirme? — Xaya le miró fijamente, y quitando el seguro de la pistola, generó un disparo directamente sobre el hombro derecho de él, aunque la misma no sería perjudicial pues donde había señalado con su arma, solo podría efectuarse un infimo roce con la tela sobre su piel. — Ups.. fallé. — Respondió con una sonrisa ladina llena de ironía.— No será necesario perseguirte.
—Sabía que estaban demasiado cerca para que dispare sin llenarse el uniforme con sus sesos, sonrió como si realmente esperase a que lo hiciera. El click hueco del gatillo le hizo torcer la sonrisa con decepción, el gesto no duró.— No sólo no les alcanza para la ropa, tampoco para las municiones. —Exhaló aliviado de no haber muerto sin decir ese chiste.— Es bonito, te doy la razón, pero imagino que no puedes correr por mucho tiempo sin tener que acomodarte ese short. ¿Quieres que corra lento para que puedas alcanzarme? —Se alejó con un trote hacia atrás, sin perderla de vista.—
— Enarcó un ceja desafiante de sus palabras y se le acercó apuntando con su arma sin carga hacía su rostro, y apretó el gatillo sin éxito en su acción pues solo buscaba generar una tonta amenaza con su acto. Después sonrió altiva y se miró a si misma, ajustándose el mini short que de su uniforme que apenas y lograba cubrir sus glúteos.— Sí, ¿Te gusta?, una fácil distracción para algunos antes de apresarlos, ¿Qué te parece?
Vengo en son de paz, ya aprendí que no puedo poner bachata en tu guardia. —Alzó las manos y las dejó visibles como gesto de buena fé. Era lo único que iba a concederle, pues la sonrisa cínica y beligerante se mantenía desafiando a su figura autoritaria.— ¿Nuevo uniforme?
Tu de nuevo. Parece que 24 horas para ti no son suficientes trás las rejas, ¿Deseas extender tu estadía?, yo que tú, aprendería a mantener esa boca cerradita. — Xaya mantenía la mirada fría y sombría en él, todavía recordaba su rostro desde el último arresto. Los tipos como él no eran fáciles de olvidar, sobre todo cuando llevan un manchado y rayado historial detrás.—
