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XL1578686 · 100+, M
Se sentía muy adormecido pero pudo darse cuenta que era levantado por uno de los gemelos, como sentía tanto cansancio, no pudo ver nada, no tenía fuerza para abrir los parpados. Pero si pudo escuchar que lo llamaban por su nombre.

No pensaba responder, solo quería dormir un poco, tal vez así podría tener algo de energía, pero ese deseo de dormir fue interrumpido por un sabor muy dulce en sus labios. El sabor era algo familiar.

—¿Qué es?

No pudo pronunciar más, pero en esa debilidad obedecío la orden con la esperanza de poder recuperarse. Era un sabor algo dulce y refrescante, pero seguía sin identificar lo que le estaban dando a beber.
HC1578691 · M
Al verle tan afectado, Hua Cheng no perdió tiempo en mirar a E-Ming. —Busca la fruta. —Le ordenó, antes de acomodar al esclavo entre sus brazos y su cabeza contra su hombro.

Lo alzó como si pesara lo mismo que una pluma y lo llevó a la habitación que le había sido designada al siervo, acomodándolo sobre la cama con cuidado.

En el tiempo que E-Ming todavía buscaba lo que él había mandado, Hua Cheng se dedicó a observar su rostro; cada rasgo le parecía tan hermoso que su curiosidad por otras cosas había comenzado a crecer.

Xie... Lian... —Repitió bajo y su mano se alzó hacia él, justo cuando se abrió la puerta.

Era E-Ming con una fruta muy roja en su mano. Utilizó su propia fuerza para romperla en dos, revelando un interior jugoso, y la acercó a los labios del siervo, mientras Hua Cheng lo sostenía con firmeza.

Bebe, Xie Lian, te hará recuperarte.
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— No... no tienen que disculparse, solo soy un siervo asi que me disculpo por haber hablado de más mis señores.

Trato de moverse un poco, al menos para frotar el lugar donde habían mordido con sus manos pero se sentía débil y la cabeza le daba vueltas. Ambos gemelos eran demasiado grandes en ese momento y habían bebido demasiada sangre para que su cuerpo lo soportara, necesitaba un poco de descanso.

Al no poder moverse, cerro sus parpados tratando de tranquilizarse y al menos poder recobrar algo de fuerza. Normalmente estaría molesto por la situación pero escuchar al vampiro llamado E-Ming, le hizo sentir algo de pesar e incluso algo de ternura por ambos hermanos.
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Antes de separar del todo sus labios de su cuello, lamió toda la extensión de su herida un par de veces, sin poder evitar que se derramara un poco la sangre por sus comisuras.

¡Deja de beber! —Reprendió Hua Cheng a E-Ming, quien se apresuró en lamer y dejar la herida, acatando la orden cual cachorro regañado—. En esta forma somos demasiado grandes para él, ¿quieres matarlo?

No... No quisimos lastimarte, Xie Lian. —Se disculpó el gemelo, tomando la mano que había estado mordiendo, y besó su dorso con dulzura. Fue todo lo que pudo hacer, pues Hua Cheng no lo soltaba; al contrario, había estado mirando su rostro en la cercanía, relamiendo sus comisuras para limpiar el exceso de sangre.
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— Pero mi señor al menos debería de prob...

No pudo decir más, era difícil hablar teniendo los colmillos de aquel vampiro encajados en su cuello. Solo podía ahogar su voz con los labios, lo que menos quería era mostrar debilidad ante esos dos gemelos.

Todo eso era extraño, y más era el abrazo que uno de los gemelos ejercía sobre su cuerpo. Sentía como si fuera un objeto y ese vampiro llamado Hua Cheng fuera su dueño. Sus mordidas eran dolorosas pero al mismo tiempo extasiantes.

— Mi señores, si siguen asi, terminaran con la vida de este humilde siervo.
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Tonterías. —Sentenció Hua Cheng en seguida y se inclinó sobre su cuello, sonriendo contra su piel—. Una sangre rancia en una botella ni siquiera podría soñar en alcanzar este aroma. —Apenas al terminar de musitar eso, mordió directo en la yugular, y E-Ming de nuevo en la muñeca, pero para su disgusto era Hua Cheng quien se hacía posesivamente con el cuerpo del esclavo, abrazándolo como si le perteneciera.
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— Pero...

Se congeló al ver esos aterradores colmillos. ¿De qué forma podría esquivar la mordida en su cuello y muñeca? Ni siquiera las botellas de sangre que tanto le costo conseguir fueron inútiles.

— Mis señores, por favor, sean razonables. Mi sangre es algo indigno para su paladar, creanme que la sangre de esas botellas es de mejor calidad que la mía.

Estaba nervioso, en el poco tiempo que estaba se había dado cuenta que ambos gemelos eran algo especiales, pero el que respondía por el nombre de Hua Cheng era algo posesivo con él. Había tantos sirvientes... pero siempre lo elegían a él.
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Pero la sangre de Xie Lian es cálida y perfecta, no quiero beber de una botella. —Refutó E-Ming, tomando la muñeca que le correspondía y acariciando suavemente con su pulgar.

Hua Cheng tomó el mentón del siervo y lo alzó hacia él, dedicándole una cálida sonrisa. —Eso es basura, nada tan exquisito como la sangre que apenas acaba de salir del cuerpo de su dueño. Me quedaré con la sangre de este esclavo. —Su sonrisa se hizo un poco más amplia, con lo que se vislumbraron sus colmillos, ahora más grandes e igual de filosos.
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¡¿En qué momento crecieron tanto?! Solo había pasado una semana desde que ingreso al castillo y esos gemelos ahora tenían apariencias adultas, de hecho su estatura era mayor a la suya.

— Mis señores... por favor no discutan.

Con solo verlos discutir de ese modo, se sentía un poco incómodo, pero al saber que era hora de la cena, sus sentidos de alerta se pusieron a tope. No deseaba repetir lo de la otra ocasión.

— Si gustan puedo traer su cena, me dijeron que trajeron botellas de sangre camufladas como vino. ¿No prefieren eso? La sangre de este humilde siervo no sería buena para su paladar.
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Es hora de la cena.

El par de jóvenes hombres se acercaron al siervo y se sentaron junto a él. Esta vez no tiraban de su falda, sino que se abrazaban a su cuerpo, como si cada uno lo estuviera reclamando.

Había pasado apenas una semana y habían crecido en la apariencia de dos jóvenes adultos a inicio de sus veinte.

Yo quiero el cuello esta vez~ —Canturreó E-Ming, acercándose peligrosamente al cuello del siervo, hasta que Hua Cheng lo empujó y al mismo tiempo abrazó posesivamente la cintura del sirviente.

Te encerraré por dos meses sin una gota de sangre si no vuelves a tu lugar.

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