Tenía que hacer algo especial para ese día pues era el cumpleaños de San Lang. El año anterior había sido un desastre y cada vez que veia ese cinturon que le obsequio se sentía avergonzado de su mal arte con la costura, asi que esa vez prepararía algo especial...
Una vez que terminó todo, dejo ese pastel de forma extraña sobre una de las mesas, acompañandolo de algunos regalos que pudo obtener despues de arduos dias de recolectar cosas que pudo vender. Y regreso para limpiar la cocina.
San Lang se sorprendería? Al menos esperaba que esta vez su cumpleaños lo disfrutara. Sabía que sus regalos no se comparaban con los enviados por los fantasmas de la ciudad, incluso con algunos obsequios que llegaron de parte de algunos oficiales celestiales, pero tenía la esperanza de que al menos los presentes dados por él le dieran alegría y satisfacción.
De solo pensar en eso, una sonrisa se dibujo en su rostro mientras aseaba todo el desastre que había ocasionado.
Despues de conseguir todos los ingredientes se dispuso a cocinar en secreto. Sabía que su cocina era mala pero era lo único que podía hacer por lo que esta vez trato de esmerarse más de lo que normalmente hacía. Despues de todo hacer un pastel de cumpleaños no debería ser tan difícil, solo podía desear a los cielos que su mala suerte lo abandonara al menos ese día y que lo que cocinara supiera bien.
La cocina de la Mansión Paraiso tenía las cosas necesarias para hacer esa sorpresa y aprovechando que San Lang estaba fuera resolviendo cosas de la ciudad fantasma, se dispuso a cocinar. Se la paso metido en la cocina todo el día pero al fin cumplió su cometido.
Cualquier otro ser humano se hubiera horrorizado con el resultado pero a los ojos de Xie Lian no era un resultado tan malo. El problema es que salia humo de la cocina y ahora todo su rostro estaba impregnado de un polvo oscuro. Pero eso no importaba, lo único que quería era darle un regalo a San Lang.
