... Como si fuera un fantasma lastimero que se arrastra sin rumbo a seguir. Sus ropas estaban completamente empapadas por la lluvia y la sangre que había derramado en las batallas de su reino. Cualquiera que lo viera se asustaría creyendo que era un fastasma. Nadie diria que esa pobre existencia en su momento fue uno de los dioses marciales más poderosos de Xian Le.
━ Acaso... todo ese esfuerzo ¡¿No sirvió de nada?!
Fue un grito lastimero que resono en esa lejanía mientras caía de rodillas, apoyandose sobre lo que parecía ser una construcción un tanto humilde, ensuciando sus ropas con la tierra mojada, manteniendo una mirada perdida en las lejanías, disfrazando sus lágrimas en la lluvia que apacible caía sobre su cabeza.
Ese día había sido un poco pesado para el príncipe heredero de Xian Le, después de todas las desgraciadas ocurridas en su reino, ver la desaparición de su gente por la maldición de white no face, y el ser perseguido por los traidores de Yong'an, todo era una pesadilla de la cual deseaba despertar.
Sabía que sería desterrado de los cielos por desobedecer las órdenes del emperador celestial, pero ¿Que podía hacer? ¿Quedarse de brazos cruzados mientras su gente sufría y clamaba por auxilio? Como un dios marcial ascendido ¿No debía brindar ayuda a sus congéneres? Pero, parecía que la suerte lo había abandonado, su reino fue destruido y solo quedaban ruinas envueltas en llamas. Ni la gentil lluvia podia apagar la destrucción que ardía con fulgor.
Solo quería estar solo, alejarse de todos al menos por unas horas, antes de encontrarse con sus escoltas y regresar a los cielos para aceptar su castigo. ¿Cuánto caminó ese día? había perdido la noción del tiempo... (+)
A pesar de la hora y de la exposición a la intemperie su cuerpo se mantenía aun cálido, por lo que tomo la decisión de quedarse más tiempo disfrutando de la lluvia; recargándose sobre el marco de la puerta al tiempo que soltaba un ligero suspiro.
━ El suave sonido de la lluvia puede calmar las más feroces emociones. ━ Aquel sonido era uno de sus preferidos, dentro de tantas angustias esos momentos eran los que le ayudaban a mantenerse fuerte y segura de sí misma, y aquella pequeña cabaña ayudaba de mucho a mantener la paz que tanto necesitaba. Era extraño que se mantuviera lejos de la civilización, ya que por lo regular nunca se mantenía lejos de sus guerreros y cada vez que decidía visitar los poblados cercanos al Santuario de Athena era en compañía de tres santos de oro, pero esa noche se encontraba totalmente sola. Con cuidado y delicadeza sostuvo entre sus manos una pequeña taza de té, a la cual primero soplo antes de ingerir el contenido, notándose un vaivén en el vapor que salía de la misma.
