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San Lang..!
 
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XL1578686 · 100+, M
San Lang... Solo pudo cerrar sus párpados y pensar en todo lo que le había dicho. ¿Como conseguía que siempre accediera a sus pedidos? Solo pudo asentir con el rostro mientras su piel se estremecia al sentir el roce de los labios ajenos con su piel. Te lo prometo... Ya no te ocultaré nada pero espero y tú hagas lo mismo...
HC1578691 · M
Volvió a sonreír una vez que escuchó esa promesa. Dejó un beso sobre el lugar que apenas había mordido y le siguió otro sobre la cálida piel de su cuello, y otro pequeño en su oreja, antes de decirle suavemente: —Gracias, Gege... Hágalo siempre, por favor. No quiero que me oculte nada de lo que siente, ya sea dolor, tristeza, felicidad u otra cosa... porque sólo si lo sé podré ayudarlo. Entonces, ¿me lo promete?~
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@Hᴜᴀ Cʜᴇɴɢᴢʜᴜ: Dejo de cubrir sus labios al escucharle tratando de aclarar un poco un voz para volver a su postura calmada y serena. San Lang... eso fue aquella vez, pero esta bien, no volveré a hacerlo. No le quedaba más que resignarse, pues una promesa era una promesa aunque ya se estaba dando a la idea de que con esas palabras, se aprovecharía más de lo que ya hacia. Conocia demasiado bien a San Lang como para saber como usaría sus palabras a su favor.
HC1578691 · M
Lo miró desde su posición con una mirada indescifrable; solo uno de sus brazos tomaba firme su cintura y su otra mano se había entrelazado con la ajena. Finalmente, cuando el mayor habló, él alzó un poco su rostro con expresión quejumbrosa, aunque tranquila. —Gege no es bueno con San Lang~ —Canturreó decepcionado—. Dijiste que te harías escuchar cuando sintieras dolor.
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@Hᴜᴀ Cʜᴇɴɢᴢʜᴜ: No deberías exagerar, los fantasmas son buenas personas, no creo que hagan algo asi, ademas tú... Hubiera preferido terminar la oración pero al sentir esa mordida en su hombro quedo congelado, ahogando sus labios con la mano que tenía libre. Una vez más su rostro quemaba y sentía que el corazón iba a estallar por la incontenible sensación que empezaba a inundarle, pero trato de calmarse, respirando profundamente y pensando en algunos sutras que le ayudaran. San Lang... ¿Por qué eres así? Siempre te gusta ponerme en situaciones comprometedoras... Musitó con algo de pena en sus palabras. San Lang era definitivamente la única persona que podía hacerle perder la calma con sus acciones y siempre se aprovechaba de eso.
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Alzó las cejas, con una expresión desinteresada, en lo que descansaba su mentón sobre el hombro ajeno. —Oh... Gege, no debe dejarse engañar, si dejara de imponerme y les mostrara algo de confianza sería un grave error. —Abrió sus ojos calmos y lo miró de reojo—. Sabe que los fantasmas pueden ser muy manipuladores y engañosos, ¿no? —Distraídamente, posó una de sus manos sobre la del mayor, rozando un poco el dorso con sus yemas—. Todo se sentiría muy bien y tranquilo al principio... y cuando menos lo espere... —Entonces, mordió juguetonamente el cierre entre el cuello y el hombro del mayor, con algo de fuerza, pero por encima de la ropa; una mera imitación de sus costumbres con el mayor en la intimidad.
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@Hᴜᴀ Cʜᴇɴɢᴢʜᴜ: El sentir ese cálido abrazo era muy reconfortante asi que, aprovecho esa cercanía para apoyar su cuerpo contra el ajeno. A pesar de que San Lang era un fantasma y no emitia calor alguno, él podía sentir una calidez inmensa y gratificante al tenerlo tan cerca. Era algo muy apacible... Bueno, los fantasmas siempre se han preocupado por ti, y desde que te vieron enseñarme a jugar con los dados fueron amables conmigo. Me llena de alegría el poder llevarme con todos, aunque según me han contado, siempre han tratado de ser cooperativos pero San Lang siempre es frío con ellos. Esbozo una sonrisa a lo que recordaba los comentarios que solían hacerle los fantasmas, especialmente las féminas que a veces le rodeaban para tratar de estar más cerca de la mansión paraiso. El recordar todas esas anecdotas le causaba algo de gracia ya que era una faceta que San Lang siempre ocultaba frente a él.
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Hm... —Mantuvo su sonrisa al escucharlo, mas no le dio la razón ni lo contradijo. Para él no había duda de que, incluso si enumerara cada una de sus miles de habilidades y medía su infinito poder, no estaba ni cerca de ser tan impresionante como el hombre entre sus brazos, de apariencia tan sencilla. Estrechó el abrazo en su cintura y lo apegó más hacia sí.

La mariposa pareció cobrar más energía con las palabras de Xie Lian y revoloteó contenta cerca de él, hasta percatarse de la pesada mirada amenazante de su dueño. Entonces, voló obediente hacia su antebrazo y pareció desaparecer en el aire. —En realidad, es desde que Gege está a mi lado que todos los fantasmas de la Ciudad están más cooperativos que antes. —Musitó tranquilo, cerca de su oído—. Más allá de su temor hacia mí, estiman demasiado a Gege.
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@Hᴜᴀ Cʜᴇɴɢᴢʜᴜ: San Lang es... realmente increíble. Que puedas hacer tantas cosas al mismo tiempo. Creo que nunca dejarás de sorprenderme. Profirió esas palabras de manera calma pero con un tono que denotaba entusiasmo y sinceridad. Sus ojos habian desviado su curso para posarse sobre aquella pequeña mariposa plateada. Siempre penso que las mariposas que invocaba San Lang eran hermosas y muy trabajadoras, dignas de admirar. Gracias por tu valioso esfuerzo. Dijo a la pequeña mariposa que seguía posaba en la diestra de su amo. Y ahora que lo pensaba con detalle, muchos oficiales celestiales darian lo que fuera por tener las habilidades que tenía San Lang. Realmente era una persona impresionante.
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Observó ese gesto del mayor con una ceja enarcada y una sonrisa apenas visible, pero todo rastro de diversión en su rostro desapareció al escuchar "caligrafía".

...

Ignoró aquello a propósito, esperando que si no volvía a tocar el tema, el mayor terminaría por pasarlo por alto. En cambio se acomodó para quedar detrás de él; su pecho sirviéndole de apoyo a Dianxia y su otro brazo uniéndose al abrazo en su cintura. —Gege sabe que no descuido mis asuntos allí. Realmente, no son la gran cosa. Nadie se atreve a hacer nada, ni desde dentro, ni desde fuera de la Ciudad... y cuando siquiera imaginan hacerlo, yo ya lo sé todo. —Apenas terminó la frase, subió su diestra y sobre ella se posó una mariposa plateada, brillante y etérea a la vista—. Porque también tengo un ojo sobre todo lo demás~

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