—Algo así, déjame traerlo— Dirigió sus pasos hacia su habitación, donde tenía guardado su tan especial licor, no tardó más de cinco minutos en volver con la botella en mano y un par de pequeñas copas de cerámica, finalmente ocupó un lugar junto a su hermano y comenzó a servir la primera ronda.

—Es un vino tradicional proveniente de un pueblo en las montañas de no se que región de China o algo así dijo mi padre cuando me lo dio por mi cumpleaños— De más estaba decir que no puso mucha atención —Lo que si sé es que es muy rico y algo fuerte, salud— Mencionó elevando su propio vaso para brindar.

Llamo totalmente su atención esa botella y por qué no? — ¿Oh? ¿Reserva especial acaso? Desde luego no voy a despreciarte ese trago. —

Se dirigió hasta una barrita que había para recargarse en ella mientras que con su pierna atraía un asiento.

— ¿Qué haces a estas horas despierto? —

—Dicen que pasa más rápido cuando te distraes, tengo una botella de vino de arroz muy buena guardada ¿Quieres beber un poco?— A pesar de que en su mayoría la serpiente mantenía cierta distancia, no podía evitar preocuparse por ver tan serio a la cabra, quien se caracterizaba por tener buen ánimo por lo general.

Viro su rostro al escuchar esa voz, en verdad lamentaba que aveces su semblante lo delatara transparente.

— Bueno, pasará, pasara.. Solo es un rato de esos ya sabes, enojos pasajeros.— Su voz era calma pues no era algo que a meritara preocupar a los demás

—Alguien parece de mal humor— Iba pasando nada más cuando vio a su hermano.