Escuchó con atención aquella explicación, más que resolver sus dudas, aquella solo generaba aún más preguntas que hacer. No quería ser invasivo en preguntar, pues sabía que la incomodidad no tardaría en aparecer. Sin embargo, ¿Que tan malo debió haber sido para tener una condena tan penosa?

Se acercó un momento para ver con detalle aquella figura que le mostraba sobre su nuca, parecía un hechizo, y de tratar de ser removido rebotaría en contra del quien le hubiese intentado remover, así como el portador. — ¿Es así como quieres terminar? — Cuestionó el mago tras mirar. Se había formado un nudo en la garganta al ver la seriedad del asunto. — Yo... — se detuvo. — Te acompañaré el tiempo que sea necesario. — finalizó, no entendía el motivo para ayudarle, o al menos para aceptar, pero parecía que ella lo necesitaba.