-Menea la cabeza, moviendo su cabello ahora un tanto largo mientras Sada le toca el pelo.- Hice que creciera un poco más mientras estoy conviviendo en el mundo mortal!. -Tomado de los antebrazos, sonrie a la joven.- ¿Que hizó tu hermano que está en negocios turbios?. ¡Hay que pedirle a las deidades Shinto que protejan a tu santa familia!.
-Con el mismo entusiasmo, Sada abrazó al Rey Mono, no tardando en tocarle el cabello.- ¡Le ha crecido bastante! -Risueña, le tomó de los antebrazos.-Espero que estén bien. Supe que uno de mis hermanos está en negocios turbios. Sólo rezo por la integridad de mi padre y mis otros hermanos...
-Baja del árbol de un salto en cuanto Sada se acercó a él, la abraza por unos segundos y la suelta.- ¿Se puede saber a donde fuiste?. ¿Tu familia está bien?.
Y tiene su motivo... -Sonriente, agitó ambas manos al acercarse a él; saludaba con efusividad, feliz de verlo.- Por ciertos motivos debí irme de Japón. ¡Pero todo está muy bien!
