Hmmm ¿Que era lo que hacía aquí?
About Me About Me NotesAbout Me
Ahhh!! Puedo olerlo, puedo sentirlo, te encantan los cuentos de hadas que a todos fascinan por sus mentiras de esperanza y prosperidad, un final feliz y todo acabó antes de comenzar pero… ¿Qué pasó en realidad? ¿Qué fue de la pequeña niña que alguna vez fue tan sonriente? Esta es la feliz historia del sombrerero… ¿Loco? ¿A quien se le ocurrió llamarlo loco? ¿En qué consiste la cordura?... En fin.
Hace muchos, muchos años, quizá más de los que puedo recordar existió un reino feliz, un reino en el que todos vivían en armonía y tranquilidad, sus habitantes eran cordiales los unos con otros y había prosperidad y regocijo pero ¿Qué pasó? Las cosas cambiaron drásticamente.
Desde que nació, Hatta fue criada bajo el seno de una familia amorosa, todos eran talentosos miembros de la corte de la reina blanca quienes demostraban ser desde inventores, escritores, filósofos, matemáticos, cazadores hasta ilustres pensadores ¿Y Hatta? Ella parecía no mostrar talento para ninguna cosa, sin embargo, solía ganarse el corazón de cuanto ser la conocía con su inigualable carisma y labia.
Su madre era una conocida cantante, poseía una voz encantadora y sin igual, su padre era un talentoso inventor que creaba los mejores artefactos para la reina blanca, ambos sentían un gran amor por su única hija, quien amaba escuchar todas las noches la hermosa melodía que su madre había compuesto para ella, su padre que era consciente del poco tiempo que a veces pasaba con Hatta y su esposa, se dio a la tarea de hacerle un pequeño regalo: Una hermosa caja musical con un sombrerero que daba un pequeño transcurso antes de dar una reverencia y cerrarse. Ese hermoso detalle le encantó a Hatta y desde entonces a pesar de no tener talento especial, comenzó a practicar para aprender a hacer sombreros, sin embargo, todos y cada uno de ellos quedaban horribles, las costuras quedaban chuecas, la tela se salía y las bases eran deformes, a pesar del apoyo recibido por sus padres, Hatta solía desesperarse y lanzar algunas cosas, así que un día simplemente salió de su casa para intentar tomar aire y refrescarse.
Tras una larga caminata, llegó a unos jardines con rosas blancas enormes y de un sutil aroma, tomó una de ellas entre sus manos y la olió, quizá algo de inspiración había llegado a ella, sin embargo encontró a una joven un tanto mayor que ella, sin llegar aún a la etapa de la adultez, llevaba un hermoso vestido blanco, muy largo, como esos que usarían las novias antes de su boda, asombrada, la observó por un largo rato hasta que ella comenzó a alejarse y en su intento de no perderla de vista, hizo ruido, la muchacha que ahí se encontraba se asustó unos momentos y después, encontró a Hatta enredada entre los arbustos intentando escapar como pequeño animalito. —Diablos, ahora sí que he metido la pata.— musitó Hatta intentando liberarse, hasta que la otra chica, sonrió y de modo amable se acercó a ayudarla para salir, de cerca, parecía aún más encantadora y gentil. Hatta hizo una reverencia.
—Permíteme agradecerte por el favor. Pero antes… podría saber tu nombre y tu objeto favorito?
La otra persona que simplemente la había ayudado a salir sin pedir nada a cambio en el inicio se sorprendió por las palabras de Hatta y musitó.
—Soy la siguiente reina en turno, mi objeto favorito son las rosas blancas.
Entonces fue cuando Hatta, se dio cuenta de dónde había ido a parar, hizo una reverencia y sólo logró provocar pequeñas risillas de la reina blanca quien después con un par de palmaditas la regresó a su casa.
Ilusionada, Hatta corrió en el camino de regreso con la intención de hacerle un hermoso regalo a la reina, se metió a su pequeño taller de costura y comenzó a dibujar diferentes diseños, pero, ninguno lograba convencerla.
Hace muchos, muchos años, quizá más de los que puedo recordar existió un reino feliz, un reino en el que todos vivían en armonía y tranquilidad, sus habitantes eran cordiales los unos con otros y había prosperidad y regocijo pero ¿Qué pasó? Las cosas cambiaron drásticamente.
Infancia
Desde que nació, Hatta fue criada bajo el seno de una familia amorosa, todos eran talentosos miembros de la corte de la reina blanca quienes demostraban ser desde inventores, escritores, filósofos, matemáticos, cazadores hasta ilustres pensadores ¿Y Hatta? Ella parecía no mostrar talento para ninguna cosa, sin embargo, solía ganarse el corazón de cuanto ser la conocía con su inigualable carisma y labia.
Su madre era una conocida cantante, poseía una voz encantadora y sin igual, su padre era un talentoso inventor que creaba los mejores artefactos para la reina blanca, ambos sentían un gran amor por su única hija, quien amaba escuchar todas las noches la hermosa melodía que su madre había compuesto para ella, su padre que era consciente del poco tiempo que a veces pasaba con Hatta y su esposa, se dio a la tarea de hacerle un pequeño regalo: Una hermosa caja musical con un sombrerero que daba un pequeño transcurso antes de dar una reverencia y cerrarse. Ese hermoso detalle le encantó a Hatta y desde entonces a pesar de no tener talento especial, comenzó a practicar para aprender a hacer sombreros, sin embargo, todos y cada uno de ellos quedaban horribles, las costuras quedaban chuecas, la tela se salía y las bases eran deformes, a pesar del apoyo recibido por sus padres, Hatta solía desesperarse y lanzar algunas cosas, así que un día simplemente salió de su casa para intentar tomar aire y refrescarse.
ENCUENTRO CON ALGUIEN EXTRAÑO.
Tras una larga caminata, llegó a unos jardines con rosas blancas enormes y de un sutil aroma, tomó una de ellas entre sus manos y la olió, quizá algo de inspiración había llegado a ella, sin embargo encontró a una joven un tanto mayor que ella, sin llegar aún a la etapa de la adultez, llevaba un hermoso vestido blanco, muy largo, como esos que usarían las novias antes de su boda, asombrada, la observó por un largo rato hasta que ella comenzó a alejarse y en su intento de no perderla de vista, hizo ruido, la muchacha que ahí se encontraba se asustó unos momentos y después, encontró a Hatta enredada entre los arbustos intentando escapar como pequeño animalito. —Diablos, ahora sí que he metido la pata.— musitó Hatta intentando liberarse, hasta que la otra chica, sonrió y de modo amable se acercó a ayudarla para salir, de cerca, parecía aún más encantadora y gentil. Hatta hizo una reverencia.
—Permíteme agradecerte por el favor. Pero antes… podría saber tu nombre y tu objeto favorito?
La otra persona que simplemente la había ayudado a salir sin pedir nada a cambio en el inicio se sorprendió por las palabras de Hatta y musitó.
—Soy la siguiente reina en turno, mi objeto favorito son las rosas blancas.
Entonces fue cuando Hatta, se dio cuenta de dónde había ido a parar, hizo una reverencia y sólo logró provocar pequeñas risillas de la reina blanca quien después con un par de palmaditas la regresó a su casa.
Ilusionada, Hatta corrió en el camino de regreso con la intención de hacerle un hermoso regalo a la reina, se metió a su pequeño taller de costura y comenzó a dibujar diferentes diseños, pero, ninguno lograba convencerla.