Ning gruño intentando atacar a Bajie, aunque no podia observar nada por lo que atacaba con torpeza mientras sentia las puntas de las lanzas atravesando su piel dejando brotar su sangre negra
Ning... Calmate, soy alguién que conocerás en el futuro y quién siempre te protegerá. -Pensaba en liberarlo pero con esos guardias, no es conveniente.- ¡No lo sigan lastimando, por favor.!.
De su boca escupia babasa estaba comenzando a irritarse, hace mucho dejo de agradarle estar cerca a alguien luego de tantas pruebas crueles con su cuerpo, sacudió las cadenas como una fiera intentando librarse llamando la atención de los guardias qué preparaban sus lanzas para tener que inmovilizar lo si no se calmaba. Ning gruñia había algo en su cabeza qué le impedía mencionar alguna palabra
Aparto la cabeza molesto, estaba ante el wen Ning qué pasó 13 años siendo experimento de dos clanes ocultos durante la muerte de su maestro... Aquel ning no conocía aun al hombre que esta ante el
Porque soy la reencarnación del Mariscal Tian Peng, un dios celestial de la guerra y eso me da ventajas de hallar a mis hijos. Te sacaré de aquí, Ning. -Sus manos toman el rostro de su cautivo crio, lágrimas de sus ojos al verlo así; doliendole su corazón.-
Como has llegado aquí.... Pensó levantando la mirada observando lo poco que podía en aquella cueva siendo alumbrado por una luz mágica qué usaban los guardias para pasar a vigilar al cadáver
