Sus sonrisas van y vienen como el describe, una formula caprichosa que el enigmante creador dejo sobre WangJi. Los ingredientes para lograrlo pueden variar pero el que no debe de faltar es Wei Wuxian. Sin este elemento esas fugaces curvaturas jamás habrían tirado de sus labios. Y para lo que Lan Zhan creyo muerto han resurgido de las cenizas del luto en su renacer, cuando el mayor de sus anhelos, el inicio de su sufrimiento y el que lo a condenado a la adicción y pecado regreso.

-Solo para ti- Murmuro cerrando sus ojos y al fin descansar de aquellos días lleno de dolor, sangre y muerte.

Sonrió al ser tratado de esa forma y le dedicó una mirada brillante y adorable, con sus mejillas aún siendo apretadas. Recibió el beso casi ronroneando de gusto y soltó una risita por la posterior mordida a su mejilla.

—¿Eso crees? A mí me encanta cuando tú sonríes—le confesó devolviéndole el abrazo de la misma forma, protectora y amorosa mientras llenaba de besitos su cien—Son como un eclipse, hermosas pero poco frecuentes y eso las hace más especiales. Aunque personalmente me gusta mucho como brillan tus ojo cuando estás feliz

Se aproximo a el para tomarle del rostro y masajear esas redondas mejillas. Estiro leve y le encamino a besarlo - Mucho- el contorno no se libero de su asedio y termino dándole una buena mordidita antes de abrazarlo, quedarse ahí de forma protectora y cómoda. -Wei Ying tiene la mejor de todas-

—Mm, no lo sé—mintió sin borrar su sonrisa—Lan Zhan tendrá que recordármelo~

Sabes lo muho que me encantas cuando sonries~