— Si no hago algo para detenerlos, seguirán causando estragos, destrucción, ataques y muertes. Debo ir, Eda. — Le respondió con suma calma, notándose casi como si le suplicara que le dejara ir en captura de esas criaturas de la oscuridad. — En la posada estarás segura y podrán sanar tus heridas, hasta que yo regrese.
Es peligroso ir de noche.. -Lo cierto era que estaba completamente aterrada de estar sola pero sobre todo temía por que algo pudiera sucederle al moreno, confiaba en sus habilidades pero no en aquellos quienes la habían lastimado de aquella manera.-
— Debí haberlo imaginado. Esos malditos hechiceros del pueblo otra vez haciendo sus oscuros conjuros. — Maldijo entre dientes furioso, mientras aún caminaba con la joven en brazos de forma apresurada, hasta llegar a una pequeña posada cercana al bosque. — Le diré a los propietarios de la posada que cuiden de tí hasta mi regreso. Voy a entrar al bosque a capturar a esos sujetos. — Le dijo, acercándose cada vez más a dicha posada.
Y-yo no recuerdo.. Eran hombres y brujas..-Tenia un breve recuerdo de lo sucedido sobre todo como había sido castigada y las risas tan tetricas de las mujeres.-
— Eda... — Sus palabras y mirada se suavizaron al escuchar la voz y sollozos de la doncella, preocupado por lo que le había ocurrido. Sin perder tiempo, le sostuvo entre sus brazos para cargarle y llevársela consigo a un lugar seguro. — ¿Quiénes te hicieron esto? ¿Los hombres lobo, los ogros, los vampiros o qué?
¿W-wade? -Murmura escondida contra el pecho del moreno, ahogando sus sollozos y lágrimas por las marcas sobre su espalda, todo había ocurrido demasiado rápido que apenas lograba mantenerse ligeramente despierta.-
