Y principalmente el riesgo, al ser incapaz aún de controlar sus fuerzas y manipulaciones arcanas y todo lo que las envolvía; poder desarticular la realidad como todos la conocen y articularla a su capricho. Para una mente actualmente fracturada, un poder así sería devastador.
Y ella lo sabía; no deseaba ser la artífice de lo que ella en carne propia ha vivido. No deseaba someter a nadie al suplicio de las pérdidas personales que a ella le han hecho sufrir tanto.
Pero había otro motivo que la tenía allí mismo, encaminada hacia las profundas y tenebrosas cuevas de las montañas de Wundagore. Allí donde la leyenda cuenta que Chthon creó el Darkhold.
Una especie de energía la había llamado a ese sitio; buscaba respuestas, todas con las que pudiera dar para llegar más cerca de lo que sus viajes astrales han podido. Siempre persiguiendo las voces de auxilio de sus dos hijitos.
