Reconfortada ante la escena tan calmada, mantuvo su sonrisa afirmando a sus palabras. —Yo ayudare a mi abuela a no comerse las galletas sola,pero y si hace trampa.— Hecho una rápida mirada a su abuela, introduciendo su mano en la bolsa de las galletas para tomar algunas asegurando así su botín.
SW-User
-baja un poco poco para acariciar la cabeza de la pequeña niña y sonríe al verla amable y le rasca la nariz- Buenas noches, no dejes que tu abuela se coma las galletas es una glotona
Miro como su galleta fue robada sin una arma aparente, dejando el sabor del chocolate a duras penas, riendo tan ligeramente que rebotaba en las paredes de su hogar; pero al oir y ver como se acomodaba su Sukarita sobre su regazo la cubrió con aquella manta que la cubría.
Asintió varias veces, estando a punto de avergonzarse su abuela tiene una magia tan peculiar que hace que todo a su alrededor se llene de millones de colores resplandecientes, es como estar con su madre, solo que con el cabello blanco; entonces comiendo aquella galleta se acostó sobre el regazo de su abuela. De allí no se movería. —Te quiero, mucho, mucho pero muucho.— Sintiendo un leve choque, abriendo los ojos detonando emoción al ver al Sr. Misterio. —¡Señor Mistrio!Hola buenas noches.—
SW-User
-pasa con una taza y sus pantunflas, al ver qué tiene una galleta en la boca, se acerca y se la roba, hasta chocar con algo, ya mira abajo y ve a la niña rosa- eh cotton vino a visitarnos..
── Viniste solo por querer estar conmigo ¡Mi amore excelso!
Limpio sus manos un poco para poder tocar su pequeño rostro, y depositar un suave beso en su frente; aunque claro eso no quitaba el hecho que para una niña pequeña deambular a altas horas de la noche independientemente de quien fuera siempre era peligroso. Y de por mucho para Viviana la seguridad de su nena o de algún integrante de su familia es y sera siempre su prioridad, sin darle mucho rodeo en su mente al ver que abría su boca le dio de comer una galleta, malcriandola de esa manera tan sencilla.
Tras ver las señas ni dudo, corrió hasta ella para sentarse a su lado abrazando su brazo recostando su rostro de esta; Cotton era muy apegada a su abuela tanto que iba a visitarla a la hora que fuera con tal de pasar tiempo con ella. — 私はあなたと一緒にいたかった。— Confeso abriendo un poco su boca para que su abuela la alimentara.
El sonido de la puerta llego a sus oídos provocando que sus ojos se dirigiesen hacia la puerta principal ¿Quien podría ser? a esas hora de la noche, para su agrado se trataba de su pequeña sakarita que la saludaba alegremente. Hizo un gesto de aprobación y palmeo donde se encontraba sentaba invitándola a su lado a comer unas galletas.
Empujando la puerta con ambas manos, fue abriéndola para ingresar a la casa y avanzar tranquila por la sala hasta tomarse con la figura de se abuela. —おばあちゃんおやすみなさい！—
