─ No vives en una mentira solo te estas encerrando en ti misma y te haces daño ¡Te torturas! Dices que está bien ser tú la que salga lastimada cuando no te fijas que al salir tu herida otros se mueren de rabia por pensar que pudieron hacer algo por ti. ─ Soltó un poco de aire al ver como se colocó al taparse la cara, agarro el gorro de la parte de atrás del abrigo que siempre usa tapándola pues había dicho que quería ir a casa pero no quería que nadie la viera así.
A veces tenía la impresión de que ella era un rompecabezas, se arma a si misma después de estar rota mostrando en ello las facetas más hermosas que podría presenciar pero también estaba que podía destrozarse a sí misma hasta volverse una especie de polvo estelar.
Tomo sus mejillas juntándolas un poco distorsionando un poco su rostro. ─ Viviana eres una chica con un corazón de oro, puedes ser multifacética pero haces cosas para ver a quien te rodea feliz ¡Eres un Eden! Traes paz pero no ves aun la capacidad que tienes. ─ Elusiva fue la mirada que dio hacia sus espaldas cuando escucho los pasos de alguien queriendo entrar, pero basto un gesto para que se retiraran, eso o el lava manos lleno de sangre.
La escucho y miro sus ojos donde estaba su reflejo. ── S-soy Viviana…. Yo… yo ──Callo en cuenta de lo que trataba de decirle, tapando con sus manos sus ojos rápidamente derramando más sus lágrimas.
── El sacrificio de esconderse en una mentira.
No le gusta para nada hablar de ella misma de que o no la atormenta ya que muchas veces pueden tomar eso en su contra empañando las cosas, pero claro existen algunos que cuenta con los dedos de su mano en los cuales confía ciegamente pero… Necesitaba tranquilidad ese día solo eso.
Viviana no quería hablar más pero si no lo hacía como estar clavando su propia tumba a mil pies bajo tierra pero así era ella, tan fácil le resultaba sonreír logrado esconder detrás de eso sus demonios.
──Hugs… ─Se quejó nuevamente entre las lágrimas, soltando leves jadeos que opacaba al estar siendo abrazada por ella.
Persona que intentaba entrar a aquel baño público, persona que daba media vuelta pues podían entender lo incomodo de la situación aunque no la entendieran por completo y mejor de ese modo era elusiva la idea de tener que dar la cara para explicar además que de por si no lo estaba diciendo algo relevante a quien yacía delante de ella abrazándola para reconfortarla. Busco llenar sus pulmones de aire mordiendo después el interior de su mejilla como si con eso lograra algo.[center]
El silencio era clave, solo se escuchaba el agua correr y de vez en cuando aquellas uñas que chocaban con el mármol Seddim sabía lo difícil que era sacarle algo a esa niña cuando se privaba a si misma de decir lo que tanto daño le hacía, era por eso mismos que a percatarse de su queja la atrajo rápidamente a su cuerpo y la abrazo brindándole pequeñas caricias en su cabello para que descargara todo. ─Estas herida, lo se y lo sabes pero no te encierres en ti misma o quienes te conocemos no podremos ayudarte. ─ La alejo un poco de ella buscando que la mirara un momento. ─ ¿Quién eres Viviana? Quien eres realmente. ─
Ese nudo en la garganta… ese estúpido y innecesario nudo la privaba de todo sonido claro o entendible dejando que su vista quedara clavada en el agua que se teñía con su sangre hasta que dejo ver aquellos cortes con navaja en sus manos, fue la última gota, su cuerpo comenzó a temblar experimentando un pequeño quejido desde sus adentros.
── M…me duele…──Fue suficiente las lágrimas comenzaron a reinar en sus ojos adornando sus mejillas. ── Odio… odio esto, odio con todo mi ser…
¿Qué le diría si la viera así? Seguramente que es una niña inmadura e infantil pero estaba herida y no, no era la herida física la que la atormentaba era la psicológica la cual alcanzo niveles realmente alarmantes, era necesario llorar, aunque hubiera deseado que no la hubiera encontrado en ese estado. Era simplemente patético pero allí vamos otra vez, ella era su peor verdugo.
─ Viviana ya deja de ahogarte en un baso de agua si quieres llorar hazlo. ─ Tomando su muñeca abrio el lava manos para que el agua limpiara la herida descubriendo asi si era o no grabé, luego de ello y con bastante calma envolvió sus dos dedos con un pañuelo que llevaba consigo.
── Lo se... Lo estoy viendo sabes pero no es la gran cosa solo un corte y ya.
Sabe como son las cosas entre blancos y negros pero para ver los colores a veces se necesita pasar por... ¿porqué? Le dolía, la incomodaba y su cuerpo se sentía decaído ella tenía razón pero ya tenia días evitando llorar o hacer alguna queja a alguien pues ¿era necesario hacerlo? Preocupar a más personas, si ella podía sola no metería a nadie anteponiendose ella para que los demás estuvieran bien.
Justo detras de ella de encontraba Seddim mirando la herida en su mano, no la tocaria pues el daño que podía causarle era severo, más no quería decir que no fuera a ayudarla. ─ Sabed que eres una tonta verdad ¿cuándo dejaras de decir que está bien? Si te lastiman puedes quejarte, incluso molestarte. ─
