— La belleza no solo es visual, señorita, sino también interna. Se ve que es una damita buena y amable. Con solo ver a su familia es más que suficiente para que cualquiera se de cuenta de su grandiosa belleza.

Vio al gato entre los brazos de la chica, no entendió muy bien que sucedía, pero Ignazio era fanático de los gatos, le gustaban mucho. Quiso acercarse a acariciarlo, pero prefirió quedarse a la distancia para no invadir el espacio personal de ninguno de los dos, solo veía al gato con una pequeña sonrisa sobre sus labios.